La vuelta de la heroína y el crimen de un joven enfurecen a los vecinos de un barrio de Madrid: “La inseguridad está aquí”

Residentes del distrito de San Blas-Canillejas preparan una manifestación multitudinaria tras varias jornadas de patrullas contra la presencia de narcodependientes

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Escena del crimen de un joven de 26 años en San Blas-Canillejas. (EFE)
Escena del crimen de un joven de 26 años en San Blas-Canillejas. (EFE)

El grupo de Whatsapp de algunos vecinos del distrito madrileño de San Blas-Canillejas, con una población superior a 150.000 habitantes, amanecía este martes con una noticia que no les ha cogido por sorpresa: un joven de 26 años asesinado en el barrio al recibir un botellazo durante una pelea. El suceso, por capricho del destino, ocurre cuando los vecinos de la zona llevan varias noches patrullando las calles del distrito para combatir el “regreso de la heroína” y la “violencia” de los narcodependientes.

Hasta 150 residentes del barrio de Simancas, en la periferia este de Madrid, recorrieron sus calles y el parque El Paraíso durante las últimas jornadas para protestar por los continuos altercados y molestias provocadas en los últimos meses por “narcozombis”. “Siempre ha habido droga aquí, pero el nivel de violencia ahora es mucho mayor”, asegura Sara, una de las ciudadanas que ha comandado las marchas vecinales.

A su juicio, el crimen de un joven de 26 años durante una pelea ocurrida la madrugada del lunes al martes constata que “la inseguridad está aquí”. Agentes de la Policía Nacional detuvieron a un hombre de 30 años y origen tunecino como presunto autor de los hechos. La víctima sufrió un corte profundo en la axila provocado por la rotura de una botella de cristal. Ni los policías ni los sanitarios de Samur-Protección Civil pudieron salvarle la vida. La pelea había comenzado en una gasolinera cercana y se trasladó, sobre las 5:00 horas, a los soportales donde se produjo la mortal agresión, según informaron fuentes policiales.

Para Sara, este suceso es la “constatación” de la inseguridad en el distrito, pero no es el primero. A comienzos de mes, una mujer de 60 años fue apuñalada en el cuello con un cúter en plena calle. Los vecinos aseguran que un varón la atacó con el arma blanca por el “mono” que le causó la drogodependencia. Preguntada por las sustancias estupefacientes que consumen estos toxicómanos, Sara afirma que la heroína vuelve a circular por los parques y otros puntos de consumo del distrito.

Una manifestación multitudinaria

Tras las sucesivas patrullas y concentraciones autorizadas por la Delegación del Gobierno en Madrid, los vecinos de San-Blas Canillejas preparan una manifestación multitudinaria por las calles de su barrio para decir “no a la delincuencia”. Además, a través de la asociación de vecinos han solicitado una reunión “de urgencia” con el delegado del Gobierno, Francisco Martín, para abordar la problemática.

El hartazgo vecinal y las medidas emprendidas se fraguaron hace apenas tres semanas, tras una de esas incontables noches sin poder dormir. Pegaron carteles y convocaron al resto de vecinos para patrullar las calles con cacerolas y silbatos cada noche a partir de las 21:30 horas.

Desde entonces, la presencia policial en la zona ha aumentado, incluso con efectivos de la Unidad de Protección y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. Sin embargo, Sara opina que la intervención para erradicar la presencia de toxicómanos en calles y parques debe afrontarse desde la perspectiva “social”. Explica que buscan “una solución para todos”, también para los drogodependientes, quienes adolecen de largas listas de espera para acceder a centros de desintoxicación. “Nos dicen que no tienen donde ir y no les vemos comer”, añade.

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