El Gobierno autoriza la entrada del gigante BlackRock en Naturgy con el 20% de su capital, pero establece varias condiciones

El Congreso ya reacciona a la operación, que genera descontento en Podemos: “El Gobierno debería impedir que los fondos ‘buitre’ que quieren especular con los derechos se hagan con el control de empresas estratégicas”

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FOTO DE ARCHIVO. El logotipo de la empresa española de energía Naturgy se ve en su sede en Madrid, España. 16 de abril de 2024. REUTERS/Susana Vera
FOTO DE ARCHIVO. El logotipo de la empresa española de energía Naturgy se ve en su sede en Madrid, España. 16 de abril de 2024. REUTERS/Susana Vera

El Consejo de Ministros aprobaba este martes la entrada de la firma de inversión estadounidense BlackRock en Naturgy. Concretamente, se autoriza la solicitud de Blackrock para adquirir la gestora de fondos GIP, que a comienzos de año se hizo con el 20,6 % de la gasista, al entender que esta adquisición mantiene las garantías sobre empresas que son estratégicas, como Naturgy. Desde las fuentes ministeriales se asegura que el Gobierno siempre ha mantenido un perfil regulatorio centrado en el “equilibrio con este tipo de operaciones, atrayendo con ello inversiones y salvaguardando los intereses estratégicos de nuestro país”.

Este movimiento llega tras una primavera muy intensa en Naturgy, cuando el fondo emiratí Taqa trató de lanzar una oferta pública de adquisición sobre el 100% de la gasística junto a CriteriaCaixa, “holding” de la Fundación La Caixa y propietaria del 26,7% de Naturgy. Este nuevo movimiento junto a BlackRock evidencia las buenas relaciones del fondo con el entramado empresarial e institucional en España, que ha recalcado que no habría problemas para la consecución de esta nueva operación sobre la energética española.

Exigencias desde Moncloa y descontento en Podemos

La firma americana se había planteado la posibilidad de excluir de cotización en un momento dado a Naturgy, pero, según el citado diario, el Gobierno se ha opuesto a esa posible exclusión y exige también a BlackRock que apoye la inversión de Naturgy en proyectos vinculados a la transición energética en España. Por otra parte, desde Moncloa exigen que mantenga el domicilio social en España, así como la sede efectiva de gestión y dirección de los negocios, así como que conserve una parte significativa de la plantilla en España.

Por otra parte, la líder del grupo parlamentario Podemos, Ione Belarra, ha denunciado la autorización del Consejo de Ministros a la operación. A su modo de ver, “el Gobierno no sólo debería impedir que los fondos ‘buitre’que sólo quieren especular con los derechos de la ciudadanía de nuestro país, se hagan con el control de empresas estratégicas, sino que empresas como Naturgy deberían estar bajo control público», tal y como ha señalado en los pasillos del Congreso este miércoles.

Los tentáculos de BlackRock en España

El fondo norteamericano ya es un viejo conocido de la Bolsa española. Su visión estratégica y de inversión ha motivado su interés por muchas cotizadas españolas, entre ellas las energéticas. El último movimiento del fondo de Larry Fink ha sido la compra de Global Infrastructure Partners (GIP), que posee una participación del 20% en Naturgy. El aterrizaje en la energética española supone la mayor partida económica de BlackRock en el Ibex energético, donde tiene una inversión que roza los 11.000 millones de euros, una cifra que asciende a más 24.000 si se toma como referencia las 20 de las 35 compañías del Ibex en las que está presente. Con la confirmación de la operación, el fondo que dirige Larry Fink pasaría a convertirse en el segundo mayor accionista de Naturgy, por detrás de Criteria Caixa.

En la actualidad, BlackRock se posiciona como el primer accionista de Repsol, ostentando un 5,475% del capital, seguido de cerca por JP Morgan, que recientemente se erigió como el segundo máximo accionista con un 5,366%. La entidad financiera Norges Bank se sitúa en la tercera posición, controlando directamente más de 57,9 millones de acciones de Repsol, representativas del 4,535% del capital. Respecto a otras empresas clave en el sector energético español, como Redeia, BlackRock superó el umbral del 5% en marzo pasado, y en Enagás aumentó su participación hasta alcanzar el 5,56% del capital. En Solaria, la firma estadounidense se posiciona como el segundo accionista con un 4,46% de los derechos de voto.

Sin embargo, los tentáculos de BlackRock no sólo llegan al sector energético. En el caso del sector bancario, el fondo estadounidense está presente en cuatro de las seis entidades españolas cotizadas en el Ibex 35, siendo el primer accionista en BBVA o Santander. Únicamente está fuera de Bankinter y Sabadell, las dos entidades más pequeñas. Tiene el 5,9% de BBVA, el 4,99% de CaixaBank, el 3,96% de Sabadell o el 5,4% de Santander. Asimismo, también tiene influencia en otros sectores como el de las telecomunicaciones, con el 4,98% de Telefónica o el 5% de Cellnex. El listado es largo e incluye otros grandes nombres empresariales españoles: ACS (5,83%), Amadeus (5,29%), Aena (3,07%) o Colonial (3,9%), entre otros.

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