Cuánto se paga por la extinción del usufructo

El usufructo otorga a una persona (usufructuario) el derecho a disfrutar de un bien que pertenece a otro (nudo propietario), y su extinción tiene implicaciones fiscales para ambas partes

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Una pareja consulta varias dudas antes de recibir una herencia. (Freepik)
Una pareja consulta varias dudas antes de recibir una herencia. (Freepik)

La extinción del usufructo y la consolidación del dominio son conceptos clave en el ámbito fiscal y patrimonial. El usufructo otorga a una persona (usufructuario) el derecho a disfrutar de un bien que pertenece a otro (nudo propietario), y su extinción tiene implicaciones fiscales para ambas partes. Al extinguirse el usufructo, el nudo propietario recupera la plena propiedad del bien, lo que se conoce como la consolidación del dominio.

Existen diferentes maneras en las que puede extinguirse un usufructo, y cada una tiene repercusiones fiscales específicas para el nudo propietario y el usufructuario. Los principales casos de extinción son: por muerte del usufructuario, por transmisión onerosa, por transmisión lucrativa, por renuncia del usufructuario, y por vencimiento del plazo cuando el usufructo es temporal.

Extinción del usufructo por muerte del usufructuario

Cuando el usufructo se extingue por el fallecimiento del usufructuario, no se genera ninguna ganancia o pérdida patrimonial en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), según lo dispuesto en el artículo 33.3.b de la Ley del IRPF. Esto se debe a que no se considera una transmisión patrimonial, sino una consolidación automática del dominio en el nudo propietario.

En este caso, no hay obligación de tributar en el IRPF por parte del nudo propietario, ya que no se produce un nuevo acto de adquisición, sino una recuperación de la plena propiedad. El nudo propietario solo deberá tributar si arrienda o cede el bien, generando así rendimientos de capital inmobiliario o imputación de rentas inmobiliarias, excepto si el bien se convierte en su vivienda habitual.

Extinción por transmisión onerosa

Cuando la extinción del usufructo se produce mediante una transmisión onerosa, como la venta del usufructo, el nudo propietario deberá tributar por el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP). La base imponible para calcular este impuesto será el valor del usufructo, que se calcula aplicando un porcentaje del valor del bien en el momento de la consolidación del dominio.

Este porcentaje corresponde al valor que tenía el usufructo en el momento de la constitución. Si el tipo impositivo ha cambiado desde la constitución del usufructo hasta su extinción, se aplicará el tipo vigente en el momento de la consolidación. El nudo propietario tendrá que pagar el ITP por el valor del usufructo que ahora pasa a formar parte de su patrimonio.

Extinción por transmisión lucrativa

Cuando el usufructo se extingue por una transmisión lucrativa, como una donación, el nudo propietario deberá tributar por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD). Este impuesto se calcula aplicando el tipo medio efectivo de gravamen que correspondió en la constitución del usufructo, y se basa en el valor del usufructo en ese momento. El nudo propietario deberá liquidar el ISD por el valor del usufructo consolidado.

Es importante destacar que, si el usufructo fue constituido como parte de una herencia, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones se aplicará también a la extinción y consolidación del dominio. En este caso, el nudo propietario pagará el ISD en función del valor original del usufructo y no tendrá que tributar en el IRPF por la consolidación.

Extinción por vencimiento del plazo del usufructo

Cuando el usufructo se constituyó de forma temporal, es decir, con una duración limitada, su extinción por vencimiento del plazo genera una consolidación automática del dominio en el nudo propietario. En este caso, el usufructuario deberá declarar en su IRPF una pérdida patrimonial, ya que el valor de transmisión es cero, y la base de la pérdida será el valor de adquisición.

El nudo propietario no deberá tributar en el IRPF por la consolidación, pero, como en los otros casos, deberá pagar impuestos si genera ingresos arrendando el bien o utilizando el inmueble de otra forma que no sea como vivienda habitual.

Extinción por renuncia del usufructuario

Si el usufructuario renuncia a su derecho antes de que se venza el plazo o fallezca, la renuncia se considera una donación a efectos fiscales, y el nudo propietario deberá tributar por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. El usufructuario, por su parte, deberá declarar en su IRPF una ganancia o pérdida patrimonial, dependiendo de la diferencia entre el valor de transmisión y el valor de adquisición del usufructo.

La extinción del usufructo tiene importantes repercusiones fiscales tanto para el nudo propietario como para el usufructuario. Dependiendo de cómo se extinga, ya sea por muerte, transmisión onerosa, donación, o renuncia, los implicados deberán tributar en el IRPF, el ITP, o el ISD. Es recomendable contar con la asesoría de un experto fiscal para asegurar que todas las obligaciones tributarias se cumplan correctamente y evitar sanciones por parte de Hacienda.

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