El Gobierno ha asumido la propuesta de la Dirección General de Tráfico (DGT) para reducir la tasa de alcohol permitida en sangre para todos los conductores, pasando de los actuales 0,5 gramos por litro para conductores particulares y 0,3 para profesionales, a 0,2 g/l para todos. Esta medida, que se encuentra en estudio para ser llevada al Congreso, forma parte de un plan del Ministerio del Interior para reformar el Reglamento General de Circulación con el fin de mejorar la seguridad en las carreteras, particularmente en relación con los usuarios más vulnerables.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, explicó el pasado 12 de septiembre que la medida responde a las demandas de asociaciones afectadas por la “violencia vial”, que este verano se cobró la vida de 241 personas. Marlaska subrayó que en más de la mitad de los siniestros fatales, el alcohol o las drogas fueron factores determinantes.
En este contexto, el ministro defendió la necesidad de abordar el debate sobre la reducción de las tasas de alcohol y ha señalado que esta medida irá acompañada de otras como la implementación de cursos voluntarios para recuperar puntos del carné de conducir, algo que ya se está considerando dentro de las reformas propuestas.
Tolerancia cero al alcohol al volante
Por su parte, el director general de Tráfico, Pere Navarro, advirtió en una entrevista con EFE que la nueva tasa de 0,2 g/l de alcohol en sangre, equivalente a 0,1 miligramos por litro en aire espirado, supone prácticamente una “tolerancia cero”. “No se puede beber absolutamente nada”, insistió Navarro, subrayando que esta reducción no da margen a los conductores para consumir alcohol antes de ponerse al volante. Respecto al porqué ahora, la tasa del 0,5 se implementó en 1990, y Navarro ha explicado que “la sociedad va evolucionando y hay un momento en que está madura y te lo pide, que es lo que ha pasado ahora”.
Navarro explicó que esta rebaja viene avalada por una recomendación de la Comisión Europea y por las peticiones de numerosas asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico. Además, mencionó que países como Suecia y Noruega, que ya aplican esta tasa, han demostrado con éxito la eficacia de la medida para reducir la siniestralidad. En consonancia con las campañas de la DGT, como “si bebes, no conduzcas” y “solo cero tiene cero consecuencias”, Navarro insistió en que esta medida es un paso lógico hacia la reducción de accidentes.
A pesar de abogar por una reducción drástica de la tasa de alcohol permitida, Navarro explicó que se remite a la recomendación de la Comisión Europea, a Suecia y Noruega, y a que hay algunos procesos digestivos que pueden dar niveles en sangre, lo que “técnicamente nos podría crear algún conflicto”. No obstante, el responsable de la DGT destacó que con una tasa de 0,2 g/l, el mensaje es claro: no se puede beber y conducir.
El director de la DGT expresó que España está “estancado” en las cifras de mortalidad en las carreteras españolas, con una media de 1.800 fallecidos al año y más de 9.200 heridos graves. “No podemos resignarnos”, afirmó, destacando que la reducción de la tasa de alcoholemia es una medida que “tendrá sus efectos” en la reducción de la siniestralidad.