El asesino confeso de Juana Canal declara que la mató por accidente y descuartizó el cuerpo porque estaba “acojonado”

Jesús Pradales se sienta en el banquillo de los acusados por el homicidio de la que era su pareja en el año 2003

Jesús Pradales, el presunto asesino de Juana Canal, junto a su abogado. (Jose Sánchez/Infobae España)

El asesino confeso de Juana Canal, Jesús Pradales, ha defendido ante el juez que la muerte de la que era su pareja fue un accidente. Ha declarado que la noche del 22 de febrero del 2003 discutieron en su piso, ella intentó agredirle varias veces y en una de ellas la mató de forma involuntaria: “La empujé para apartarla y oí el cuerpo al caer”. Después, no pidió ayuda para socorrerla porque “iban a pensar” que había sido él y estaba “acojonado”, por lo que decidió seccionar el cuerpo en dos partes en la bañera.

Pradales, ante el jurado popular, ha relatado que transportó los restos en dos maletas esa misma madrugada y los llevó hasta su finca familiar en Navalacruz (Ávila), donde fueron encontrados en abril de 2019, 16 años después. “No me creo que yo pudiera hacer eso, no quiero recordarlo”, ha dicho durante el interrogatorio. De forma constante se ha referido a la víctima como “el amor de mi vida”.

El acusado se ha sentado este martes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid, ante un jurado popular. Tanto la Fiscalía como la acusación ejercida por la familia de la víctima piden que sea condenado a 15 años de cárcel por homicidio, ya que el resto de delitos que se le podrían atribuir (asesinato o profanación de cadáver) ya estarían prescritos para la justicia cuando se reabrió la investigación. Sin embargo, el Ministerio Público y la acusación particular discrepan en la posible naturaleza machista del crimen. La fiscal no considera que la hubiera; el abogado de la familia sí y pide que se tenga en cuenta la agravante de género.

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A preguntas de la fiscal, Pradales ha relatado que la noche de los hechos Juana Canal estaba “borracha” -sufría alcoholismo- y, como en otras ocasiones, comenzaron a discutir por un motivo que no recuerda. En el transcurso de la discusión, él comenzó a recoger sus cosas para marcharse de la vivienda. En un momento dado, la mujer llamó a la Policía, que se presentó en el domicilio, pero no realizó ningún tipo de actuación.

Tras descuartizar y ocultar el cuerpo de la víctima, el acusado interpuso una denuncia ante la Policía Nacional por supuestas lesiones que le había causado su pareja, que en ese momento ya figuraba como desaparecida. Lo hizo, según su testimonio, para “tapar” que Juana Canal estaba fallecida.

“Nunca he agredido a una mujer”

Tras los hechos, Pradales rehizo rápidamente su vida y se casó con otra mujer a los cuatro meses. Años después, su nueva esposa lo denunció por malos tratos aunque el acusado finalmente resultó absuelto. “Nunca he agredido a una mujer”, ha subrayado. Además, a preguntas de su abogado, ha pedido “perdón” a la familia de Juana Canal.

El tribunal del jurado, conformado por nueve ciudadanos seleccionados al azar, tendrán que determinar, a partir de la prueba practicada en el juicio, si el acusado tuvo intención o se planteó la posibilidad de causar la muerte de Juana Canal, su pareja, la noche del 22 al 23 de febrero del año 2003 en el transcurso de una discusión en su piso del distrito madrileño de Ciudad Lineal, como sostienen la Fiscalía y la acusación particular.

La desaparición de Juana Canal no se esclareció hasta el año 2019, cuando un excursionista se encontró de forma casual con un cráneo y otros restos óseos en una pista forestal de la provincia de Ávila. Las pruebas genéticas revelaron que pertenecían a la mujer que desapareció en 2003 en Madrid. En el mismo lugar se hallaron otros restos de la víctima tras la detención de Jesús Pradales, principal sospechoso del crimen. El arresto se produjo apenas cuatro meses antes de que el caso prescribiera.

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