La compañía aérea Ryanair se ha visto una vez más envuelta en un conflicto judicial que ha acabado en su contra. El juzgado de lo Mercantil número 3 de Baleares ha condenado a la empresa a pagar a un viajero 30,45 euros, un cobro que le obligaron a abonar por imprimir su tarjeta de embarque tras no dejarle otra opción que ir a un mostrador, según ha informado La Sexta.
El problema surgió por el beneficio del 75% que tienen los ciudadanos baleares a la hora de comprar vuelos. Según explica el Gobierno de las Islas Baleares, “con vigencia indefinida tienen derecho a obtener bonificaciones en las tarifas de los servicios regulares de transporte marítimo y aéreo de pasajeros, los ciudadanos españoles, así como los de los otros estados miembros de la Unión Europea u otros estados firmantes del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo o de Suiza, sus familiares nacionales de terceros países beneficiarios del derecho de residencia o del derecho de residencia permanente y los ciudadanos nacionales de terceros países residentes de larga duración, que acrediten su condición de residente a las comunidades autónomas de Canarias y las Islas Baleares y en las ciudades ceutís y Melilla”.
El afectado, como residente en Palma de Mallorca, quiso sacar un vuelo con esta reducción de precio, pero al no poder demostrarlo de forma online tuvo que ir al mostrador para certificar que era residente de las Islas Baleares. “En el mostrador le cobraron 30,45 € por no llevar la tarjeta de embarque impresa en un papel”, relata la periodista Carmen Ferrero en el programa Más Vale Tarde.
El hombre no quedó contento con lo ocurrido, así que decidió judicializar el tema con una denuncia que ha conseguido ganar. Ryanair le ha tenido que pagar 30,45€ en concepto de indemnización por lo que le cobraron por el billete, pero además, la compañía ha tenido que pagar las costas del proceso judicial.
“Desde la compañía se defienden y dicen que en emails que mandan en recordatorios y en la página web advierte más de una vez que hay que llevar las tarjetas de embarque impresas en papel”, añade la periodista.
Multa de 150 millones de euros
En mayo de este año Consumo multó con más de 150 millones de euros a cuatro aerolíneas de bajo coste entre las que se encontraba Ryanair. La sanción contemplaba cuatro infracciones que, pese a ser comunes en el sector, quedan técnicamente prohibidas a partir de ahora:
- Cobrar por llevar el equipaje de mano a bordo. Algunas aerolíneas imponen tarifas por llevar bolso o mochila a bordo, a pesar de que este equipaje no se factura. Esta práctica, considerada “abusiva”, es la principal infracción sancionada.
- Cobro por selección de asiento cuando uno viaja con personas dependientes: Estas aerolíneas asignan asientos separados a padres e hijos pequeños, y cobran un recargo si se elige que el niño o el dependiente viaje al lado del adulto. La sanción indica que esto puede generar un “perjuicio a personas vulnerables” que quedarían en “situación de desamparo”.
- Falta de transparencia en la información contractual: El expediente señala que, a menudo, el precio mostrado inicialmente aumenta gradualmente durante el proceso de compra. Esta “práctica comercial desleal” dificulta la comparabilidad de ofertas y la toma de decisiones de los consumidores, ocasionando perjuicios económicos significativos y distorsionando el posicionamiento de las compañías en las búsquedas por Internet.
- Prohibición del pago en metálico en la compra de billetes en aeropuertos: Esta práctica también ha sido sancionada.
Además de estas sanciones, en ese momento se reprochó una práctica adicional de Ryanair, que a menudo cobra 20 euros a los pasajeros que imprimen el billete en papel. Se dice que “la exigencia de un coste desproporcionado por reimpresión de la tarjeta de embarque supone una práctica abusiva, al no corresponderse con costes reales asumidos por la empresa y generar un desequilibrio entre los derechos y obligaciones de las partes”.