La colada es uno de los procesos más tediosos entre todas las tareas del hogar. Hay que lavar, tender, destender, doblar, planchar y colocar. Son demasiados pasos para que la ropa dure limpia tan poco tiempo limpia y haya que volver a empezar, lo que la convierte en una de las actividades menos agradecidas de la casa. A esto se suma que la llegada del otoño y el invierno, y con ellos una bajada de las temperaturas y el mal tiempo, hace que las horas de secado se alarguen y se compliquen.
En esta época del año, caracterizada por el frío y la humedad, se requiere mucho tiempo para que todas las prendas se sequen correctamente, lo que en muchas ocasiones puede llevar a que luego tengan olor a humedad y te dejen ante una encrucijada: ¿volver a empezar o asumir que el olor te acompañe durante todo el día? Muchos no tienen ese problema porque cuentan con una secadora en casa y el resto dejará de tenerlo si empieza a aplicar el método japonés para tender la ropa, que recoge y explica en detalle el medio francés especializado Maison Travaux.
El sistema japonés, conocido como método arcoíris, consiste en colgar la ropa en perchas y dejar que se seque al aire. De este modo, las prendas mojadas quedan más holgadas, lo que facilita que se sequen más rápido. De este modo, no solo se evita el olor a humedad, sino que las prendas también se quedan más estiradas y tienen menos arrugas. También debe aplicarse una colocación concreta y particular de las prendas. aquellas más cortas en el centro y las mas largas en los extremos para que pueda fluir mejor la corriente de aire.
Otros tucos de secado
La circulación del aire es fundamental para que el secado sea eficiente. Abrir las ventanas para permitir que el aire fresco circule y ayude a eliminar la humedad. Sí es posible, también puede ayudar crear una corriente de aire abriendo puertas y ventanas opuestas. La corriente cruzada ayudará a eliminar el exceso de humedad que genera la ropa en el ambiente.
El tendedero se debe colocarse siembre en zonas de la vivienda en las que no se genere más humedad de la que ya desprende la propia ropa, de manera que es mejor evitar baños y cocinas, donde el vapor de agua existente se adhiere a la ropa e impida el secado. Otro tuco muy extendido consiste en cambiar la prenda de lugar para que el secado sea más rápido. Por ejemplo, si aprovechamos para dejar la ropa mojada en aquellos lugares donde los rayos del sol alcancen, al menos, algunas prendas, y cuando ya estén secas, retirarlas y colocar otras en su lugar.