“Agradezco a una parte de la comunidad de Giavera del Montello (al norte de Italia) no haberme acogido nunca. Les agradezco haberme seguido hasta el coche con una cadena de acero de tres metros de largo, decirme ‘a la gente le va bien cuando los esperan fuera de la clínica y los matan’, por decirme ‘no eres de aquí, trata de adaptarte o te arruino la vida’”, son algunas de las líneas que ha redactado de forma irónica la doctora Maria Laura Riggi, que decidió abandonar el centro de salud en el que trabajaba por las amenazas y el ambiente hostil con que tenía que lidiar cada día.
La médica, que ejercía su profesión en el centro de salud del municipio que cuenta con algo más de 5.000 habitantes, dejó escrita de su puño y letra, y colgada en la sala de espera de la clínica, una carta que se ha hecho pública para denunciar la grave situación a la que tuvo que enfrentarse durante meses. En ella, Riggi habla de amenazas y ofensas, actitudes hostiles y a veces violentas. También menciona acusaciones de ser “una esquila sureña descerebrada”, según recogen los medios locales. No obstante, Riggi también dedicó unas palabras de agradecimiento a quienes, por el contrario, la respetaban y apreciaban, pero no lo suficiente como para evitar su marcha.
El alcalde se solidarizó con Riggi
La carta fue publicada en un grupo local de Facebook, desatando la polémica entre quienes defienden a la doctora y quienes, por otro lado, consideran que su salida es “buena para todos los pacientes”. El alcalde de Giavera, Andrea Maccari, se solidarizó con la doctora: “Traté de disuadirla, pero claramente había situaciones que ella sentía que ya no eran sostenibles”. Maccari también rechazó las acusaciones de racismo contra la comunidad local, argumentando que la discriminación no es un problema generalizado en Giavera.”Estoy convencido de que la comunidad de Giavera es una comunidad maravillosa, la defiendo a capa y espada porque nací allí, viví allí y nunca he oído hablar de estos temas”, añadía.
“No apreciando las formas en que el Dr. Riggi eligió cambiar de ubicación, la alta dirección de la autoridad sanitaria de Treviso”, expresaba el director general sanitario de la zona, Francesco Benazzi, que en sus declaraciones aseguraba que la médica había exagerado, a lo que añade que Riggi podría haber seguido diferentes procedimientos, como reportar a los pacientes agresivos individuales a la orden médica o a la autoridad sanitaria, o discutir la situación con el alcalde: “Podía hacerlo. Rechazar a un ciudadano o a un pueblo no tiene sentido, de hecho, muestra poca lucidez para entender que las personas que son agresivas deben ser procesadas y no toda una población”.
No obstante, según recoge el diario italiano Treviso Today, Riggi ya había denunciado el maltrato que había sufrido por parte de algunos de sus paciente ante la policía italiana, además, en su denuncia habría dado a entender que había sido discriminadaVeladamente, Riggi (que habría denunciado el trato sufrido también a los carabinieri) habría dado a entender que había sido discriminada por su origen sureño (como de hecho su antecesor, el Dr. Francesco Lotoro, que se jubiló)., al igual que su antecesor, el doctor Francesco Lotoro.