La condensación en ventanas es un problema muy frecuente en todos los hogares, sobre todo durante los meses más fríos del año. En muchas ocasiones llegamos a casa y encontramos uno o varios cristales empañados, más aún en las fechas donde el cambio de temperatura y la humedad del ambiente son más drásticos, como explica el portal Climalit. Aunque no sólo se produce en las ventanas. Esta condensación procede del vapor que hay en el aire del interior y se genera al realizar acciones tan comunes como respirar, ducharse, cocinar, regar las plantas, planchar, secar la ropa o poner la calefacción.
Como explica la web de Felman, ningún material genera agua por sí mismo, pero sí que hay algunos que, al no ser absorbentes, la acumulan en su superficie. El problema de la condensación, más allá de que limite la visibilidad, es que puede provocar la formación de moho y el deterioro de los marcos de las ventanas.
Para evitar que se dé esta situación, se debe tener claro cuál es el origen del agua y su causalidad. Cuando el vapor entra en contacto con una superficie más fría no absorbente, se condensa sobre ella (aparecen gotitas), por ejemplo, en el espejo o en las baldosas del cuarto de baño tras una ducha. Aunque, gracias a un sencillo remedio casero, nos podremos despedir para siempre de los cristales empañados.
El sencillo truco para evitar la condensación
La humedad del aire se transforma en pequeñas gotas de agua que se depositan en el cristal, empañándolo. A pesar de que parezca que esas chispas, jamás abandonarán nuestras ventanas, el remedio para acabar con ellas es sencillo: basta con utilizar jabón de Marsella. Al aplicar este gel sobre el vidrio, se creará una barrera contra la humedad. Los pasos a seguir son los siguientes:
- Coger la pastilla de jabón y frotarla ligeramente sobre la superficie del cristal.
- Con un paño suave, extender el gel hasta formar una capa fina y uniforme.
- Limpiar el cristal con otro trapo seco hasta que queden relucientes.
El jabón de Marsella dejará una ligera película protectora sobre el vidrio, impidiendo que la humedad se adhiera a la superficie y evitando así la condensación.
Otros remedios caseros
Lo más normal es que la condensación en las ventanas aparezca a primera hora de la mañana, que es cuando en la calle hace más frío, la vivienda lleva más tiempo sin calefacción, está más fría y en las habitaciones se ha acumulado más humedad. Un remedio infalible es ventilar el hogar durante al menos 10 minutos, lo suficiente para que el aire del interior se renueve y la temperatura no descienda drásticamente.
Los deshumidificadores naturales también son grandes aliados, como la sal gorda o el bicarbonato sódico. Basta con poner una pequeña cantidad en un recipiente y colocarlo cerca de las ventanas. Para los casos algo más extremos, otro truco es hacer uso de los extractores tanto en el baño como en la cocina, gracias a ellos se limitará la producción de vapor en el interior.