El 12 de septiembre de 2020, en un supermercado de la cadena Leclerc de Carpentras, en la región de Vaucluse, Francia, los guardias de seguridad del establecimiento notaron el comportamiento extraño de un hombre de, para entonces, 67 años que merodeaba por los pasillos del supermercado con un teléfono móvil oculto. Utilizaba el dispositivo para grabar por debajo de las faldas de las clientas.
Este hombre era Dominique Pélicot, quien desde el pasado 2 de septiembre comparece ante el Tribunal Penal de Aviñón acusado de haber drogado a su esposa, Gisèle Pélicot, y de entregarla a más de 70 desconocidos para que la violaran repetidamente mientras ella estaba inconsciente entre el 2011 y el 2020. Sin embargo, fue gracias a lo ocurrido en ese supermercado, por lo que ahora Pélicot está siendo juzgado.
La primera detención de Pélicot
La revista Paris Match obtuvo imágenes de la detención de Pélicot en el supermercado después de que este grabara bajo las faldas de las clientes del establecimiento. Fue entonces cuando los guardias de seguridad del establecimiento, al ver que estaba grabando a una cuarta clienta, decidieron actuar. “¡Estaba filmando debajo de tu vestido!”, le dice el agente de seguridad al cliente. ¿Estás presentando una denuncia? “Son cuatro clientes (...) Lo seguimos ante la cámara, son cuatro veces. ¡Vamos, policía! ¡Policía, ahora mismo!”, dice el agente.
Los guardias lograron evitar que Pélicot borrara los vídeos que había tomado, y confiscaron su dispositivo. Posteriormente, fue arrestado por la policía y quedó bajo custodia.
El caso de violación de Mazan
La incautación del teléfono de Pélicot y otros dispositivos electrónicos hicieron que los investigadores encontraran grabaciones y pruebas que conectaban a Pélicot con el caso de violación de su esposa, Gisèle. Durante más de una década, Dominique Pélicot había drogado a su esposa y permitido que más de 70 hombres la violaran mientras ella estaba inconsciente. En su ordenador encontraron una carpeta llamada “Abusos”, donde tenía registradas a través de vídeo estos hechos. El caso involucra a un grupo de aproximadamente 50 acusados. Las pruebas encontradas en los dispositivos de Pélicot y las declaraciones posteriores de su esposa, una vez descubiertos los hechos, han sido fundamentales para armar el caso que hoy lo lleva ante la justicia.
Durante el juicio, Gisèle Pélicot recordó cómo comenzó a desmoronarse su mundo a partir de ese arresto en el supermercado. “Se puso a llorar y me dijo: ‘He hecho una tontería, me han pillado en el centro comercial haciéndome fotos bajo las faldas de las mujeres’”, relató Gisèle ante el tribunal.
El juicio de Pélicot continúa en el Tribunal Penal de Aviñón, y se espera que se extienda hasta diciembre debido a la complejidad del caso y la cantidad de coacusados involucrados. Lo que parecía ser un simple incidente en un supermercado ha puesto en marcha una investigación de gran envergadura que podría tener importantes repercusiones legales y sociales en Francia.
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