En tiempos donde las habilidades financieras se han vuelto esenciales para la vida cotidiana, Beatriz, una madre de dos hijos, ha decidido tomar cartas sobre el asunto. Preocupada por la falta de conocimientos básicos en educación financiera, ha reunido más de 31.000 firmas en la plataforma Change.org, solicitando que se introduzca en el sistema educativo la enseñanza de competencias tan cruciales como hacer la declaración de la renta. Con motivo del inicio del curso escolar, Beatriz ha enviado esta petición a la ministra de Educación, Pilar Alegría, con la esperanza de que se revisen los contenidos del currículum actual y se incluyan estas materias clave.
Este movimiento, que busca garantizar que los estudiantes aprendan desde temprana edad a gestionar sus finanzas, no se detiene en la simple entrega de firmas. Beatriz ha dejado claro que si no recibe una respuesta del Ministerio de Educación en las próximas semanas, está dispuesta a viajar a Madrid para registrar las firmas en persona y solicitar una reunión. La frustración de esta madre refleja el sentir de muchos ciudadanos que, como ella, consideran vergonzoso que aspectos tan esenciales para la vida adulta, como el manejo de impuestos o las cuentas bancarias, no sean parte de la formación básica en las escuelas.
La preocupación de Beatriz por la falta de educación financiera en los colegios no es casual. Sus propios hijos, de 20 y 22 años, le han planteado dudas básicas sobre temas financieros que, como madre, la llenan de inquietud. Preguntas como “¿Qué es este cobro que me aparece en la cuenta?” o “¿Debo aceptar este cargo?” son comunes en su hogar, y reflejan una carencia de conocimientos esenciales en la juventud actual. Teme que, debido a esta falta de formación en temas financieros, sus hijos y otros jóvenes estén más expuestos a fraudes y situaciones de vulnerabilidad, sobre todo en un contexto donde los fraudes financieros y las brechas de seguridad son cada vez más comunes.
Para ella, esta situación se podría evitar si desde pequeños los estudiantes recibieran educación financiera básica. En su opinión, aprender a hacer la declaración de la renta, interpretar el extracto bancario o gestionar situaciones como un contrato de alquiler o darse de alta como autónomo son habilidades fundamentales que cualquier ciudadano debería adquirir en la escuela. La educación en estos temas no solo proporcionaría mayor independencia y seguridad, sino que también evitaría que los jóvenes caigan en engaños o acepten condiciones que no comprenden del todo.
Combatir desigualdades
Beatriz está convencida de que la inclusión de educación financiera en el currículum escolar podría ser una herramienta clave para combatir las desigualdades sociales y económicas. En su opinión, la falta de conocimientos sobre finanzas, impuestos y procedimientos administrativos afecta de manera desproporcionada a las personas con menos recursos económicos y educativos, quienes suelen enfrentarse a mayores dificultades para manejar trámites que otros asumen con facilidad. Esta falta de formación no solo genera estrés y confusión en momentos críticos, sino que también expone a estos grupos a discriminaciones que los dejan rezagados.
Para Beatriz, la educación financiera en las escuelas proporcionaría a los estudiantes las herramientas necesarias para entender sus derechos y obligaciones, tanto en el ámbito fiscal como en su vida cotidiana. Con esta formación, los ciudadanos no solo estarían mejor preparados para gestionar sus propias finanzas, sino que también tendrían mayor responsabilidad y conciencia ciudadana.
De esta manera, la implementación de una asignatura dedicada a temas como la declaración de impuestos, la redacción de contratos y el manejo de trámites administrativos permitiría reducir la vulnerabilidad frente a posibles fraudes y abusos, ofreciendo a los jóvenes las competencias necesarias para desenvolverse en la vida adulta con mayor seguridad.