¿Qué prefieres: saber el día de tu muerte o la manera en la que ésta se presentará? En la historia de la humanidad, existen eventos trágicos que desafían toda lógica y comprensión y muertes raras y absurdas que a menudo despiertan una sensación incómoda, ya que despiertan la empatía mientras recuerdan lo repentina que puede llegar la muerte y el miedo a ese día inevitable.
Uno de estos fallecimientos inesperados ha sucedido en Lucs-sur-Boulogne (Vendée), al oeste de Francia. Un hombre de 54 años ha muerto después de recibir un impacto en la cabeza por culpa de una secadora. El hombre, que se disponía a maniobrar para guardar su coche en el garaje, murió al instante.
El hecho ocurrió sobre las 20:30 horas del lunes 9 de septiembre, cuando los servicios de emergencia recibieron la llamada. Su esposa, de 43 años, supuestamente chocó por accidente contra una lavadora, y la secadora que se encontraba encima se desplomó sobre la cabeza de su marido, según informa La Voix du Nord.
Los bomberos informaron que la víctima fue declarada muerta en el acto por un médico de la ambulancia. La hija de la pareja, de cuatro años, presenció el accidente. Ni ella ni su madre resultaron heridas, pero fueron trasladadas al centro hospitalario de La-Roche-sur-Yon para realizarles un seguimiento psicológico.
Se ha abierto una investigación por parte de la gendarmería (el cuerpo de seguridad de la zona) para intentar determinar las circunstancias exactas de la tragedia, señala Ouest France.
Entre la tragedia y el absurdo
A pesar de que muchas personas se obsesionen con la `vida eterna´, la verdad es que la única forma posible de “evitar la muerte” es no caer en el olvido. Existen personas que se obsesionaron con ese objetivo de permanecer inmortales hasta llegar a la propia locura, lo que por desgracia les hizo pasar a la historia precisamente por ello. Otros intentaron huir de este mito, pero sin buscarlo acabaron añadiéndose a esta colección.
Por ejemplo, Francis Bacon. Este filósofo, abogado y escritor murió cuando intentaba comprobar cuánto tiempo tardaban en congelarse los alimentos. En su experimento, salió a la nieve a enterrar un pollo, con la mala suerte de pillar una neumonía que poco tiempo después acabaría con su vida.
Otra persona ilustre en este listado fue Harry Houdini, el famoso ilusionista. El mago se encontraba dentro de un bar cuando un grupo de adolescentes le propuso un reto: demostrar su fuerza resistiendo unos golpes en el abdomen. El escapista recibió varios golpes en la boca del estómago. Murió nueve días después a causa de una apendicitis que se había agravado por la paliza recibida.
Otra muerte icónica fue la de Jack Daniel. El fundador de la destilaría de whisky no recordaba la combinación de su caja fuerte y tuvo un ataque de ira, por lo que golpeó con fuerza el cajón. El impacto le provocó una fractura en el dedo del pie que se convirtió en una horrible infección que finalmente le causó la muerte por infección sanguínea.