Las transferencias que estarán prohibidas por la nueva normativa de la UE y qué comisiones ya no podrán cobrar los bancos

La normativa establece que tampoco se podrán realizar pagos desde cuentas de ahorro hacia cuentas de terceros, ya que deberá pasar previamente por una cuenta corriente

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Evita errores comunes en la descripción de transferencias bancarias (Freepik)
Evita errores comunes en la descripción de transferencias bancarias (Freepik)

A partir del otoño de 2024, una nueva normativa europea promete cambiar las prácticas bancarias en toda la Unión Europea. Este anteproyecto de ley no solo introduce restricciones en ciertas transferencias bancarias, sino que también elimina algunas de las comisiones que hasta ahora eran habituales para los usuarios. El objetivo es modernizar el sistema bancario y, al mismo tiempo, proteger mejor a los consumidores, obligando a los bancos a ofrecer servicios más accesibles y económicos.

Una de las primeras y más esperadas medidas de esta nueva normativa es la eliminación de las comisiones por sacar dinero en cajeros automáticos de bancos diferentes al del cliente. Cuatro de las principales entidades bancarias en Francia —BNP Paribas, Société Générale, Crédit Mutuel y CIC— han decidido unificar sus redes de cajeros automáticos. Esto significa que los clientes de estos bancos podrán retirar dinero sin costo adicional en cualquier cajero perteneciente a estas entidades, algo que anteriormente solo era posible en cajeros de su propio banco.

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Otra buena noticia para los usuarios es la supresión de las comisiones por las transferencias instantáneas, que hasta ahora solían ser opcionales y costar algunos euros. La nueva normativa de la Unión Europea impone a los bancos la obligación de ofrecer transferencias instantáneas sin costo adicional en comparación con las transferencias tradicionales. Esta medida tiene como objetivo hacer de las transferencias instantáneas una norma en todos los países miembros. Las entidades bancarias tienen de plazo hasta noviembre de 2024 para ajustarse a esta regulación, lo que supondrá un gran cambio para los clientes, que podrán mover su dinero de manera inmediata y sin pagar más por ello.

Las entidades bancarias no han escapado al alza inflatoria europea de los últimos meses, de manera que han incrementado sus comisiones. Por mantener cuentas corrientes no bonificadas, la media alcanzó los 245,82 euros el pasado mes de junio

Restricciones a las transferencias entre cuentas de ahorro

Sin embargo, junto con estas ventajas, la normativa también trae consigo nuevas restricciones que afectarán la forma en que los clientes gestionan sus cuentas de ahorro. Según la Directiva de Servicios de Pago (DSP2), que ha sido revisada por la UE, se prohibirá realizar transferencias directas entre cuentas de ahorro. Esto incluye, por ejemplo, transferencias entre el Livret A y el LDDS (Libreta de Desarrollo Sostenible y Solidario) en Francia. Anteriormente, era posible mover dinero de una cuenta de ahorro a otra para aprovechar mejores tasas de interés, pero con esta nueva regulación, será obligatorio que el dinero pase primero por una cuenta corriente antes de poder ser transferido a otra cuenta o a un tercero.

Asimismo, la normativa establece que tampoco se podrán realizar pagos desde cuentas de ahorro hacia cuentas de terceros. En este caso, el dinero deberá ser primero depositado en la cuenta corriente del titular y, desde allí, podrá transferirse al destinatario final. Esta limitación afecta también a los ingresos: a partir de ahora, no se podrán recibir transferencias directamente en cuentas de ahorro. Esto significa que si un tercero, como un empleador o un familiar, quiere realizar un depósito, no podrá hacerlo directamente en cualquier tipo de cuenta de ahorro. El dinero deberá pasar obligatoriamente por una cuenta corriente antes de poder ser transferido a una cuenta de estas características.

El propósito principal de esta normativa es garantizar una mayor transparencia y control sobre el movimiento de capitales en el ámbito de la Unión Europea. Las cuentas de ahorro, tradicionalmente diseñadas para acumular fondos a lo largo del tiempo, no se consideran instrumentos de pago y, por tanto, las autoridades buscan regular su uso para que no se conviertan en una vía para transferencias de dinero rápidas y directas. Con estas medidas, se pretende evitar posibles fraudes y abusos en el sistema bancario, además de fomentar el uso adecuado de las cuentas corrientes como principal instrumento para las transacciones diarias.

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