Un 23 % de los trabajadores toma psicofármacos y un 18,3 %, lo hace por causas laborales

Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona afirma que las difíciles condiciones laborales de algunos trabajadores hace que empiecen a usar psicofármacos

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La mayoría de los que los consumen lo hacen por motivos laborales
La mayoría de los que los consumen lo hacen por motivos laborales

Un 23 % de la población asalariada toma psicofármacos, sobre todo mujeres y trabajadores manuales, y la mayor parte lo hace por causas relacionadas con su empleo; factores como las dificultades para conciliar, la inseguridad de horarios o los ritmos elevados empuja al inicio del consumo.

Así lo constata un estudio del Research Group on Psychosocial Risks, Organization of Work and Health (POWAH), de la Universitat Autònoma de Barcelona, presentado este jueves en la segunda jornada de la XLII Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

España se encuentra entre los primeros países del mundo en el consumo de antidepresivos y lidera el de benzodiazepinas, lo cual constituye un enorme problema de salud pública, ha recordado Laura Esteve-Matalí, coautora de este trabajo realizado sobre casi 2.000 trabajadores entre 2023 y 2024.

Las mujeres consumen más psicofármacos

Tras notar el incremento del consumo tras la pandemia, los investigadores se plantearon averiguar el peso del trabajo en esos elevados consumos, con el resultado de que casi un cuarto de los participantes encuestados toma estos medicamentos y que la mayoría, el 18,3 %, lo hace por causas laborales.

Pero con diferencias por sexos: un 19 % de los hombres echa mano de los psicofármacos, en el 4,5 % de las ocasiones por su trabajo, mientras que en las mujeres, esos porcentajes se elevan al 22 % y al 5 %, respectivamente.

También hay una brecha según el tipo de trabajo: los que desempeñan labores manuales, normalmente peor retribuidos, presentan una prevalencia total del 25,6 % frente al 21,7 % de los que tienen un empleo no manual; atendiendo al consumo por motivos laborales, los primeros tienen una tasa del 20,9 %, que en los segundos se reduce al 17 %.

Distintos factores psicosociales que “se originan en las prácticas de gestión laboral dañinas” se asocian al inicio del consumo, ha explicado la epidemióloga. En todos los grupos, el principal factor psicosocial son los conflictos trabajo-vida o dificultad para conciliar el trabajo con lo personal, y que siempre es mayor en mujeres. Hay otros como las exigencias cuantitativas y emocionales, la inseguridad de horario o el apoyo de los superiores, que se da más en trabajadores manuales, o el ritmo de trabajo en los no manuales. El siguiente paso del estudio será analizar precisamente las prácticas de gestión laboral que originan esa exposición a los citados factores.

La conclusión es que “se medicaliza el impacto en salud de una organización del trabajo deficiente”. “Mejorando la organización del trabajo podemos mejorar el impacto en salud de estas exposiciones nocivas”, ha zanjado la investigadora.

Así son las empresas que redujeron la jornada laboral a cuatro días: “Funciona tanto la productividad como la conciliación, vivimos mejor”.

*Información elaborada por EFE

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