La Unión Europea ha implementado una nueva normativa que transformará el mercado inmobiliario en los próximos años. En un esfuerzo por reducir el impacto ambiental y promover un futuro más sostenible, la Directiva Europea de Eficiencia Energética de la Edificación ha cambiado los estándares para poder vender o alquilar una vivienda. Entre ellos, está el certificado de eficiencia energética, que es imprescindible para vender o alquilar una vivienda o solicitar deducciones relativas a la misma en la declaración de la Renta.
El certificado de eficiencia energética se trata de un documento que evalúa y detalla la eficiencia de un edificio. En él se especifica la clase energética de la casa, de la letra A (muy eficiente) a la G (muy deficiente). Por consiguiente, tener una mejor o peor evaluación influye en el precio de la vivienda. Por ejemplo, un piso con clasificación E está peor aislado que una de clasificación A, por lo que los gastos de calefacción en el primero aumentan.
Además, el certificado permite acceder a deducciones fiscales, ya que la Agencia Tributaria permite hasta tres deducciones por obras de mejora de la eficiencia energética.
¿Es obligatorio?
Todo aquel propietario que quiera vender o alquilar una vivienda debe de tener el certificado energético, así como presentárselo al comprador o inquilino, según explica el portal inmobiliario Idealista. Pero ¿cómo puedo conseguirlo?
El certificado de eficiencia energética tiene una duración de diez años y su renovación corre a cargo del propietario de la vivienda. Debe solicitarse por este a través de empresas, arquitectos, ingenieros o técnicos autorizados, que son los que deben realizar un informe de la vivienda, recogiendo datos y la documentación de la misma, y valorar su eficiencia energética.
Desde Idealista recomiendan reunir con tiempo la documentación y facilitar la visita del perito. Una vez emitido, el documento debe registrarse, junto a los datos avalados por el técnico especialista, en el Registro de Secretaría de Estado de Energía.
A pesar de ello, existen casos en los que no es obligatorio poseer este certificado. Estos son en las construcciones provisionales en las que se ve su ocupación en un plazo igual o inferior a 2 años, si el edificio es industrial y se dedicará a talleres, si el edificio está catalogado como protegido, si el edificio tiene una superficie útil inferior a 50 metros cuadrados y está aislado o si el edificio se adquiere para realizar reformas o para su demolición.
Precio del certificado
El precio de un certificado energético varía mucho en función de los técnicos disponibles en la zona donde se sitúa el inmueble para el que se contrata, el tipo de casa, el tamaño.... Se estima que el precio suele rondar entre los 60 y los 130 euros.
Sin embargo, algunas empresas se han dado cuenta de la importancia de este documento para sus clientes, por lo que ofrecen paquetes completos que incluyen tanto la realización de obras de mejora energética, como su obtención de forma gratuita. De igual modo, es recomendable investigar sus antecedentes y verificar la calidad de su trabajo.
Endurecimiento a partir de 2030
El endurecimiento de las normas tiene como objetivo principal mejorar la eficiencia energética de las viviendas en toda Europa. Las mejoras que se espera incluyen aislamientos más efectivos, reducción de fugas de calor y la optimización de los recursos energéticos. Estos cambios no solo permitirán cumplir con la nueva normativa, sino que también supondrán un ahorro significativo en las facturas.
El primer paso se dará en 2030, cuando las viviendas deban alcanzar una calificación energética mínima de E para poder vender o alquilar. Más tarde, en 2033, la Directiva Europea de Eficiencia Energética de la Edificación exigiría para aquellas viviendas un mínimo de calificación D para poder ser movidas en el mercado inmobiliario.