Cómo sería si España prohibiera la llegada de coches de gasolina o diésel a los concesionarios. Pues bien, esto es lo que ha sucedido en la capital de Etiopía, Addis Abeba. En enero, el Ministerio de Transportes y Logística tomó una decisión radical al prohibir todas las importaciones de vehículos térmicos.
Esta medida está obligando a los conductores etíopes a comprar vehículos eléctricos. Este hecho sorprende debido a que uno de cada dos habitantes no tiene acceso a la electricidad en Etiopía, según ha explicado el medio francés Le Monde. Detrás de esta repentina regulación, “hay, sobre todo, una estrategia económica”, explica Yizengaw Yitayih, experto del ministerio. “El decreto debe ayudarnos en primer lugar a racionalizar nuestro gasto en divisas”, precisa el funcionario.
Ante la gran escasez de divisas, el país busca reducir su dependencia de las importaciones de gasolina, que ascienden hasta los 6.000 millones de euros en el último año, según cifras de la administración. Samon Berhane, analista ubicado en Addis Abeba expone que “obligar a los etíopes a pasarse a los coches eléctricos permite al Gobierno matar dos pájaros de un tiro: reducir sus importaciones de combustible e introducir una política medioambiental progresista”.
El gobierno del país africano aconsejó a sus ciudadanos comprar un coche eléctrico a principios de 2024. Cosa que ha hecho Dagim Girma, una ciudadana etíope que, desde que se pasó a la electricidad, ya no espera en las interminables colas de coches en las entradas de las gasolineras, frecuentemente afectadas por la escasez de diésel. “Ahorro tiempo y ya no pago combustible”, resumió esta treintañera.
Una norma similar a la de la UE en 2035
El Parlamento Europeo tomó la decisión, en junio de 2022, de prohibir la venta de nuevos vehículos con motor de combustión que operen con gasolina o diésel en Europa para el año 2035. Esta medida, en España, originalmente estaba fijada para 2040, pero el país se tendrá que adaptar a la normativa europea.
Esta medida supone un giro radical para el sector automovilístico, que se ve obligado a reorientar sus estrategias y a renovarse hacia el desarrollo de vehículos eléctricos y aquellos que funcionen con hidrógeno.
En España, esta transición se está haciendo de forma paulatina. Se están implementando las Zonas de Bajas Emisiones e incentivando la compara del coche eléctrico con ayudas por parte del Gobierno o creando campañas para estimular el uso del transporte público. No obstante, es una solución que no acaba de convencer a la mayoría.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) argumenta que “el vehículo eléctrico es el que tiene mayor potencial para la descarbonización del transporte terrestre”, asegura Anders Hammer, uno de sus científicos. Y también los conductores deberán cambiar sus hábitos de movilidad.
Los altos precios de los coches eléctricos son un gran inconveniente para dar el salto hacia la movilidad sostenible. El precio de estos vehículos es de aproximadamente 35.000 euros, muy por encima de lo que cuesta de media un coche diésel de segunda mano, 18.500 euros, y de los 20.000 euros del de gasolina.
No obstante, uno de los objetivos climáticos fundamentales para España y la Unión Europea es lograr los objetivos de sostenibilidad en los plazos establecidos para próximos años, lo que implica la transición hacia la movilidad eléctrica.