La diputada francesa Christine Engrand, representante del partido Agrupación Nacional (RN) por la sexta circunscripción de Pas-de-Calais, ha sido acusada de utilizar fondos públicos para sufragar gastos personales. Según una investigación publicada por Mediapart el martes 10 de septiembre, la diputada habría gastado más de 10.000 euros, destinados a cubrir sus actividades como representante electa, a una variedad de gastos privados, entre ellos una suscripción a un sitio de citas y la guardería de sus perros.
Durante su primer mandato, entre 2022 y 2023 y según el citado medio, Engrand habría usado dinero público para cubrir estos gastos, que incluían también más de 5.000 euros en servicios funerarios y una suscripción de 39 euros al mes a un sitio de citas. Estos fondos provenían de una asignación mensual de 5.950 euros que reciben los diputados para cubrir sus costos profesionales. Según el portal de investigación, los pagos se realizaron durante varios meses, sumando más de 10.000 euros en total.
En respuesta a las acusaciones, Christine Engrand no negó los hechos, pero en un comunicado admitió haber sido “torpe” al gestionar sus gastos. La diputada alegó al medio una confusión entre sus tarjetas de crédito personal y profesional, así como la pérdida de algunos recibos debido a unas inundaciones que afectaron sus archivos. También señaló que consideraba la dotación mensual que recibe como diputada “demasiado corta” para cubrir todos los gastos.
Sin embargo, Engrand aseguró haber rectificado la situación hace varios meses. En su comunicado publicado en X, antes Twitter, afirmó que los gastos habían sido reembolsados. “Todos los gastos declarados fueron reembolsados hace varios meses, y los nuevos gastos se someten a un riguroso escrutinio para evitar nuevos contratiempos”, escribió. Además, expresó su disposición a colaborar con el responsable de ética de la Asamblea Nacional para aclarar la situación y garantizar que no se repitan estos problemas.
La izquierda francesa pide su dimisión
La reacción política no se hizo esperar. Desde la izquierda, el diputado de Francia Insumisa (LFI) Antoine Léaument calificó el comportamiento de Engrand como “indecente” y criticó duramente el uso indebido de fondos públicos. En la misma línea, Jean-Philippe Lannoy, coportavoz de LFI en Calais, fue más allá y pidió la dimisión de la diputada, quien fue reelegida en la primera vuelta de las elecciones en junio de este año.
El caso de Christine Engrand ha generado un amplio debate sobre la gestión de los fondos públicos por parte de los representantes electos en Francia. Este tipo de asignaciones están destinadas exclusivamente a cubrir los gastos relacionados con las funciones parlamentarias, como los viajes, el alojamiento o el personal de oficina. Sin embargo, casos como el de Engrand han puesto de relieve la necesidad de un control más estricto sobre el uso de estos recursos.
La propia diputada ha tratado de atenuar el impacto de las acusaciones, afirmando que los errores cometidos ocurrieron al inicio de su mandato y que ya han sido subsanados. Sin embargo, la presión de la oposición y las críticas desde diversos sectores podrían afectar su futuro político.
Por ahora, Christine Engrand sigue en su puesto, pero el escándalo ha generado un intenso debate sobre la transparencia y el uso responsable de los fondos públicos en la política francesa.