La violencia machista sigue sin dar tregua en España. Este miércoles, la Guardia Civil detuvo al marido de una mujer cuyo cadáver fue hallado en la casa que ambos compartían la localidad madrileña de Villalbilla, concretamente en un zulo insonorizado, por lo que se investiga si murió de forma violenta. Mientras que en la madrugada de este jueves la Policía Municipal de Bilbao y la Ertzaintza han detenido a un hombre de 34 años tras haber asesinado a su pareja con un arma blanca en su domicilio después de que los vecinos alertaran de los gritos y ruidos que estaban escuchando.
Estos dos crímenes elevan a 36 el número de víctimas mortales de la violencia de género en lo que va de año, y a un total de 1.280 desde 2003, año en el que empezaron a recopilarse estos datos.
En el feminicidio ocurrido en la provincia de Madrid, la mujer, Raquel B.L., tenía 54 años, y su esposo había denunciado a la Guardia Civil que desapareció tras ir a pasar unos días a casa de su madre, en Yuncos (Toledo). Un relato que los investigadores, al encontrar el cuerpo sin vida, determinaron que era falso y derivó en el arresto del hombre y posterior puesta a disposición judicial. En su denuncia, el sospechoso dijo que su mujer había salido de la vivienda el pasado 31 de agosto portando únicamente una mochila pequeña. Se dirigía a Yuncos, donde reside su madre, con motivo de las fiestas del pueblo, y lo hizo a bordo de su coche, un Toyota de color azul oscuro, han informado a EFE fuentes próximas a la investigación.
Sobre las 11:30 de ese mismo día, relató el denunciante, la mujer se puso en contacto con él por vía telefónica para comunicarle que ya había llegado a la localidad toledana y que se había dejado el cargador del móvil. Él la recomendó apagarlo para conservar la batería, incidió, pero al interponer la denuncia el pasado 3 de septiembre aseguró que no había vuelto a tener noticias de su mujer desde aquella llamada pese a intentar contactarla en varias ocasiones y por varias vías.
En su denuncia, el hombre también reseñó que su mujer había tenido un intento de suicidio el pasado mayo al ingerir unas 60 pastillas de antidepresivos por el que estuvo ingresada durante una semana en el Hospital de Alcalá de Henares. También puso en alerta a los agentes sobre otro intento de suicidio que tuvo hace aproximadamente tres años, según las citadas fuentes.
Una vez recibida la denuncia, los investigadores de la Guardia Civil abrieron una investigación y solicitaron una orden judicial para poder inspeccionar el domicilio matrimonial, y tras conseguirla el pasado domingo, hallaron el cuerpo sin vida de la desaparecida, con signos de llevar en ese estado varios días.
No había denuncias previas
El asesinato por violencia machista ocurrido en Bilbao, según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, ocurrió sobre 00.23 horas de la madrugada de este jueves, cuando los vecinos alertaron a la Ertzaintza por los gritos y ruidos que se escuchaban en el domicilio de la víctima, por lo que se desplazaron al lugar patrullas de la Policía Municipal y de la Ertzaintza.
Dentro de la casa, los agentes han encontrado a una mujer con importantes lesiones efectuadas con un arma blanca y, posteriormente, un médico ha certificado su fallecimiento. En el lugar se encontraba el presunto autor de los hechos, con el que la víctima convivía, y que ha sido controlado y detenido.
La Ertzaintza, que se encarga de la instrucción del atestado y de la investigación, ha informado de que no le constan antecedentes, ni registros de violencia de género relacionados con esta pareja.
El Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde ha trasladado su solidaridad a su familia y a las personas cercanas a la víctima, y ha puesto a su disposición todos los servicios y recursos existentes para estos casos. La directora de Emakunde, Miren Elgarresta, ha afirmado, a través de un comunicado, que este caso “nos devuelve a la realidad de la violencia de género, que se ejerce contra la pareja o la expareja”.
También ha recordado que esta forma de maltrato “se produce de puertas adentro, en espacios íntimos, en los hogares”, y que constituye “una violencia cruel, un terror cotidiano, que muchas veces se produce en silencio, sin que nadie lo conozca, pero que en ocasiones se destapa de la peor manera posible, como ha ocurrido en este caso”.
(Con información de Efe y Europa Press)