Los vecinos que llevan meses sufriendo por las chinches: “Es un infierno. Tenemos que quitar todos los alimentos de la cocina”

Durante seis meses, algunos residentes de un edificio de vivienda social se han visto invadidos por este resistente insecto

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Las chinches se esconden en los pliegues y costuras de los colchones. (FUMIRED)
Las chinches se esconden en los pliegues y costuras de los colchones. (FUMIRED)

Una casa suele tener varios habitantes. Están las personas que viven en ella, eso es obvio, pero también una serie de animales, a cada cual más pequeño, que nos hacen compañía aunque no nos demos cuenta. El ejemplo más claro de esto son los ácaros, por ejemplo, microorganismos que no vemos pero que llevamos con nosotros a todas partes. A mayor escala, están los bichos: moscas, mosquitos, hormigas, polillas, pececillos de plata, arañas... Son muchos, y lo cierto es que, aunque nos desagrade su presencia, la mayoría de las veces podemos convivir, al menos un poco, con su presencia.

No obstante, existen otro tipo de ‘visitantes’ que no toleramos, por muy alto que sea nuestro nivel de hospitalidad. Se trata de aquellas plagas que podemos tener en nuestro domicilio alguna vez y que, más allá del incordio que pueda ser la infestación en sí, en algunos casos pueden suponer también motivo de problemas de salud. Además, otra molestia relacionada con las plagas es lo difíciles que son de combatir, puesto que en muchas ocasiones no somos capaces por nosotros mismos de expulsar o acabar con estos animales.

Más de medio año sufriendo

En un edificio de Sotteville-lés-Rouen, una localidad de Normandía (Francia), tienen muy claro esto último. Desde la pasada primavera, varios apartamentos están infestados por una plaga de uno de los animales más resistentes de todos: las chinches. Este animal es un pequeño insecto que se alimenta de sangre, pequeño, de un color marrón rojizo y que normalmente habita en las superficies de tejidos. Es decir, que se esconden en las camas, en los somieres, en la ropa, en las sábanas, en los suelos alfombrados o en las costuras de los muebles tapizados.

“Es un infierno, tenemos que sacar toda la comida de la cocina, por la mañana nos levantamos y estamos hinchados”, explica uno de los vecinos al canal de televisión France 3. Las picaduras de la chinche generan manchas inflamadas que producen un intenso picor. Aparecen sobre todo en la cara, en el cuello, en las manos y en los brazos y rara vez producen otros problemas de salud, excepto a quienes les provoca una fuerte reacción alérgena.

Un caso concreto

Aún así, la presencia de estos insectos hizo que, por ejemplo, una mujer anciana del edificio dejara de recibir las visitas del servicio de asistencia a domicilio para personas mayores. La empresa alegó que interrumpiría su actividad allí al edificio “ejerciendo su derecho de desistimiento a causa de las chinches”, ha contado a la cadena gala su hijo, que desde entonces tiene que visitar a su madre, de 92 años, tres veces al día para asegurarse de que está bien.

De hecho, la situación con esta mujer es cada vez más grave. Su hijo ha intentado varias veces conseguir que la acepten en una residencia. Sin embargo, hasta ahora la han rechazado en todas puesto que consideran que la casa podría estar infestada y ser ella un factor de propagación. De forma paralela, la mujer también ha sido hospitalizada en alguna ocasión, cuando inhaló demasiado insecticida en un intento de acabar con la plaga.

“¿Las autoridades van a tener en cuenta todo esto?¿Por qué no se nos oye?¿No se nos ve?”, protestan indignados en la comunidad. “Ya no podemos vivir, esto nos produce ansiedad”. Algunos, incluso, ya piensan en mudarse, mientras que otros han pedido ayuda a Habitat 76, el propietario de la vivienda social para que intervenga. “Al principio tomábamos productos químicos fuertes. Hicimos una detección canina, fue la primera vez para nosotros. Usamos vapor seco”, informa Tanguy Hameeuw, director territorial de la entidad.

Desde Habitat 76 anuncian que no cesarán las acciones hasta eliminar todas las chinches, algo que no se ha conseguido en los más de seis meses desde que aparecieron los bichos. Parece que a hora la infestación está más controlada, pero la paciencia de los vecinos se ha visto muy reducida.

Las chinches hacen turismo y se extienden por España, pero no existe un problema sanitario: “Es normal que su presencia aumente cuando hacemos tantos viajes”.
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