Sólo en 2023 en España, 170.712 perros y 115.970 gatos tuvieron que acostumbrarse al frío callejero, después de que sus dueños decidieran que ese sería su nuevo hogar. Esta cifra convierte al país en el líder europeo de abandonos, según la Fundación Affinity. Los principales motivos que llevan a cometer esta atrocidad son: las camadas no deseadas, el fin de la temporada de caza, problemas de comportamiento y la irresponsabilidad de los propietarios. Sin tan sólo fuéramos conscientes del amor que los peludos nos brindan siempre.
Dino es un perro que fue adoptado cuando deambulaba por la calle por la familia de Paula Fabricia, una abogada de Fortaleza (Brasil). El animal, que hoy ya tiene 12 años, ha hecho de niñera de los cuatro hijos de la letrada, empezando por el mayor, Icaro, que fue el que insistió en tener una mascota. Desde que aterrizó en el que sería su hogar para siempre, demostró ser dócil, juguetón y muy cariñoso. No tuvieron que adiestrarle porque él mismo aprendió rápidamente los horarios de salida y hacer sus necesidades en la calle.
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Su dueña cuenta que después de su llegada tuvieron tres hijos más y que en cada ocasión ha adoptado una “posición protectora” hacia ella durante el periodo de embarazo. Fue ese instinto protector el que le impulsó a salvar la vida de la más pequeña de la casa, Alice.
Cómo Dino salvó la vida de la pequeña
Acostada en su habitación, la niña dormía tranquila. Sin embargo, la actitud de Dino no era la misma que la de siempre. En un momento dado, su comportamiento se volvió más agitado, hasta el punto de atraer la atención de Paula para que fuera a ver a la pequeña. La madre comenta que llegó a pensar que podría haber un animal “como un escorpión” en la cama y que era su manera de avisarla. Pero, pronto, se dio cuenta de que la bebé ardía de fiebre. Su intervención, acompañada de los ladridos del perro, fue crucial. Gracias al animal, pudo actuar con rapidez, siguiendo el protocolo recomendado por el pediatra, para evitar que la situación se agravara.
Este ángel de cuatro patas, sólo se relajó cuando la temperatura corporal de su fiel compañera bajó. Cuando vio que la niña ya se encontraba en perfecto estado, cuenta la dueña, que comenzó a vomitar por toda la casa sin haber comido nada, “como si hubiera absorbido “toda la tensión y la preocupación de la familia”.
“Sigue siendo el guardián de la casa”
“Ese día tuvimos la certeza de que nos cuidaba con mucho cariño”, aseguró Paula. Hoy Dino tiene 12 años y aunque ya es mayor, su dueña asegura que aún tiene muchas ganas de jugar y que “sigue siendo el guardián de la casa”, siempre atento y cariñoso con los niños, especialmente con su ojito derecho, Alice. Donde estén los pequeños, allá está él, “jugando y cuidando de todos con la misma dedicación y cariños de siempre”. Su familia no puede estar más agradecida de que forme parte de su vida.