Una mujer que estaba en el jardín de su casa recibe un perdigonazo en la frente por parte de un hombre que cazaba en las proximidades

Las fuerzas de seguridad están revisando el área cercana al lugar del accidente en busca de indicios que ayuden a identificar al tirador. El suceso ha tenido lugar una semana antes de que comience la temporada de caza

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Una mujer apunta con su
Una mujer apunta con su escopeta durante una cacería (EFE/Beldad/ Archivo)

El descanso dominical de una mujer de 57 años, habitante del departamento de Vendée, en la región francesa de Países del Loira, se transformó en una pesadilla cuando, mientras disfrutaba de su jardín, recibió un perdigón en la frente como consecuencia de las actividades de caza que se realizan en zonas próximas a su vivienda. Afortunadamente, el suceso, que tuvo lugar en la localidad de La Chauvelière, ha dejado a la víctima “ligeramente herida”, pudiendo llegar por sus propios medios a la sala de urgencias más cercana.

Lo más inquietante del incidente es que la temporada de caza en Vendée aún no ha comenzado. Según la normativa, la actividad cinegética debe iniciarse oficialmente este 15 de septiembre. Sin embargo, el disparo tuvo lugar el pasado día 8, una semana antes de que se permitiera legalmente la caza en la región. Esto plantea serias preguntas sobre el cumplimiento de las normativas locales y la seguridad de las personas que residen cerca de zonas donde se practica la caza.

Tras el incidente, la Gendarmería ha iniciado una investigación para identificar al responsable del disparo. Según informan las autoridades, hasta el momento, el tirador todavía no ha sido identificado, lo que añade incertidumbre al caso y preocupa a los residentes de la zona. Los agentes están revisando el área cercana al lugar del accidente en busca de indicios que ayuden a identificar al tirador, como la presencia de vehículos o testigos que puedan aportar información clave.

78 accidentes entre 2022 y 2023

El accidente no es un caso aislado en Francia, un país donde la caza es una actividad popular pero que, lamentablemente, a veces se cobra víctimas. Entre 2022 y 2023, la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB) registró un total de 78 accidentes relacionados con la caza en todo el territorio, en los que murieron 14 personas. A pesar de que la OFB considerada estas cifras “históricamente bajas”, dado que están lejos de los 49 fallecidos registrados en 1998, siguen siendo motivo de preocupación para quienes residen cerca de áreas donde se practica esta actividad.

Estos accidentes suelen involucrar disparos accidentales como el ocurrido en Vendée y cada año abren un debate en la sociedad francesa sobre la regulación de la caza y las medidas de seguridad. Los cazadores, por su parte, argumentan que se han hecho avances significativos en la implementación de prácticas más seguras, como el uso de equipos de protección y la capacitación obligatoria. Sin embargo, eventos como este revelan que todavía hay margen de mejora, especialmente cuando la vida de las personas está en riesgo.

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Con la temporada de caza oficialmente iniciada en otros departamentos del suroeste desde el 8 de septiembre, la atención se centra en la prevención de estos accidentes y en garantizar que se respeten las normas para proteger tanto a los cazadores como a la población en general. Asimismo, este tipo de situaciones destacan la necesidad de implementar medidas más rigurosas para evitar que los cazadores disparen cerca de zonas residenciales, y generan un debate sobre las sanciones y controles necesarios para prevenir futuros accidentes similares. La comunidad espera respuestas mientras la investigación continúa.

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