Reino Unido libera a 1.700 presos con delitos leves porque las cárceles no tienen más espacio

Quedan en libertad quienes hayan cumplido el 40% de sus condenas y no estén cumpliendo penas de cárcel por delitos sexuales graves, terrorismo o violencia doméstica

Guardar

Nuevo

La policía trata de contener a los manifestantes en Manchester. EFE/EPA/STR
La policía trata de contener a los manifestantes en Manchester. EFE/EPA/STR

El número de presos en las cárceles inglesas y galesas alcanzó la semana pasada la cifra récord de 88.521 personas, número que ha ido en aumento tras los disturbios ocasionados por los seguidores de extrema derecha durante el mes de agosto en varias ciudades británicas.

Y la consecuencia ha sido que, este martes, unos 1.700 presos de las cárceles de Inglaterra y gales hayan sido puestos en libertad para evitar que el sistema judicial colapse. La liberación de estos convictos ha creado un revuelo de intervenciones de profesionales de prisiones, que creen que la reincidencia de los liberados pondrán en cuestión el plan laborista del nuevo Gobierno, según ha informado la BBC.

También ha habido críticas de la Comisionada para la Violencia Doméstica, que alerta de las consecuencias que pueden sufrir sus protegidas, aunque el plan excluye a los condenados por delitos violentos, como agresiones sexuales y la propia violencia en casa, así como por actos de terrorismo.

Quedan libres quienes hayan cumplido el 40% de la sentencia

La decisión fue tomada hace dos meses y contiene algunas variaciones con respecto a las medidas adoptadas por el anterior Gobierno (conservador). Las laboristas han decidido poner en libertad a todos los presos que hayan cumplido el 40% de sus condenas y no estén cumpliendo penas de cárcel por delitos sexuales graves, terrorismo o violencia doméstica.

El inspector jefe de prisiones, Charlie Taylor, ha apuntado que el Gobierno “no tenía más opción que hacer algo”, debido al amontonamiento de presos que ha hecho que la situación haya llegado a un punto límite. Asimismo, también advirtió que muchos de los liberados no tenían lugar a donde ir, lo que podría aumentar sus posibilidades de volver a delinquir.

Por su parte, Nicole Jacobs, delegada sobre abuso doméstico del gobierno británico, ha enumerado algunos de los problemas que plantea la puesta en libertad de presos que no cumplen condena por ese específico delito: “para empezar, muchas víctimas no sabrán que su maltratador será puesto en libertad este martes”. Las deficiencias en el servicio de vigilancia de penitenciaria y rehabilitación ha impedido que las ocho semanas sean insuficientes para la evaluación de los 1.700 presos. “El esfuerzo para notificar y registrar a todas las víctimas es notable”, según Jacobs.

El Gobierno laborista consideró que esta es una “decisión de emergencia debido al hacinamiento”. Además, el ministro de Negocios, Jonathan Reynolds, ha explicado en declaraciones a la cadena británica que la culpa de esta situación la tiene el anterior gobierno conservador, que no dejó ninguna capacidad de respuesta en el sistema penitenciario. “De todos los escándalos que heredamos, creo que el sistema penitenciario, el sistema de justicia, es probablemente el peor de todos”, añadió.

Keir Starmer, primer ministro inglés. (Benjamin Cremel/Pool via REUTERS)
Keir Starmer, primer ministro inglés. (Benjamin Cremel/Pool via REUTERS)

“Preferiría quedarme en prisión”

“Hasta ahora hemos visto alrededor de 25 personas salir de las puertas de HMP Wandsworth”, señalan Levi Jouavel y Naresh Puri, periodistas de la BBC. “Un prisionero fue recibido por un grupo de 15 o 20 amigos, tocan música y bebiendo champán”, añadieron. “Otro dijo que no podía esperar para conseguir un McDonald´s”.

Pero no todos son felices en estos momentos. Un preso de los liberados antes de tiempo dice que: preferiría quedarse en prisión. “Me gustaría estar ahí. Una celda cálida y agradable, tres comidas al día, un televisor y una tetera”, añade. Dice que no sabe a donde ir tras ser puesto en libertad y planea “dormir en un banco del parque esta noche”.

“Un hogar estable es fundamental para reintegrar a los delincuentes a sus comunidades y lograr un futuro libre de delitos. Todas las pruebas lo demuestran, es indiscutible”, explicaba Dominic Casciani, corresponsal legal y de vivienda. En teoría, todo delincuente que sale de prisión debe tener un lugar a donde pueda ir, pero no es tan sencillo. Si alguien no tiene familia a la que acudir, “el Estado debería intervenir y proporcionar alojamiento”, declaró. Existe un sistema que garantiza 84 noches de alojamiento a cualquier delincuente sin hogar, “pero en la práctica sabemos que muchos delincuentes acaban sin residencia”, explicaba.

Un hombre con el que pudo hablar Meghan Owen, periodista de BBC, estaba esperando a su hijastro, que salía de la prisión de Wormwood Scrubs. El joven había cumplido 18 meses de condena por un delito de drogas. El hombre había estado en esa prisión, que según él, estaba “muy superpoblada”, ya que los reclusos pasaban 23 horas en sus celdas, durmiendo, comiendo y haciendo sus necesidades en una única habitación.

Dijo que estaba más limpio que antes, pero que todavía había ratas y cucarachas. “Trata a las personas como perros, enciérralas en una jaula y actuarán como tales”, afirma el hombre a Owen. Dijo que, una vez liberado, el hijastro viviría con su madre y que cree que: “Lo más importante es tener un lugar donde poner la cabeza por la noche”.

Uno de cada cuatro presos reincide

Martin Jones, inspector jefe de libertad condicional, dijo a la BBC que “seguramente algunos presos reincidirán”. Entre julio y septiembre de 2022, alrededor de 21.000 de los 79.000 delincuentes liberados en Inglaterra y Gales volvieron a delinquir en el plazo de un año, según las últimas estadísticas oficiales.

Esto supone una tasa de reincidencia del 26,5% y un aumento de 1,3 puntos porcentuales respecto al mismo período del año anterior. El delito reincidente más común entre los adultos es el robo (31%), según los datos publicado por el Ministerio de Justicia inglés.

La felicidad es algo que se adueña de la mayoría de los prisioneros no violentos como Connor Charlesworth, con el que pudo hablar la periodista de BBC, Navtej Johal, cuando salía de la prisión HMP de Nottingham. El hombre de 24 años estuvo en prisión por hurto en tiendas y luego fue puesto en libertad 14 días antes de su cumplimiento de condena.

“Es bueno para mi porque no soy un criminal violento”, indica, pero también añade que si fuera algo más grave, cree que la gente debería permanecer encerrada. Sobre las condiciones de la cárcel, dice: “todas las celdas estaban llenas y que tan pronto como se liberaba capacidad, el espacio se llenaba nuevamente”. “Estoy muy feliz, lo necesitaba para ordenar mi vida y ahora estoy en el buen camino”, declara Connor.

Guardar

Nuevo