‘Rasmus’, el único acusado que no se acercó a Gisèle Pelicot: drogaba y abusaba de su propia mujer junto a Dominique Pelicot

El hombre compartía el ‘modus operandi’ de Pelicot con su propia esposa, que ha decidido no denunciarle

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Un abogado sujeta una carpeta durante el juicio a Dominique Pelicot y los 50 acusados de las agresiones a Gisèle Pelicot (Christophe SIMON / AFP)
Un abogado sujeta una carpeta durante el juicio a Dominique Pelicot y los 50 acusados de las agresiones a Gisèle Pelicot (Christophe SIMON / AFP)

Los 51 acusados del caso Mazan son los protagonistas en la séptima jornada del proceso judicial con una enorme ausencia: Dominique Pelicot, quien drogó a Gisèle Pelicot durante años para que otros hombres abusasen de ella, no se ha presentado en los juzgados a causa de una enfermedad. Actualmente, se encuentra ingresado en el hospital.

Durante la mañana, uno de los cuatro investigadores de la Policía Judicial francesa, Stéphan Gal, ha hablado del primer grupo de acusados y ha destacado que uno de ellos no se acercó a Gisèle Pelicot. Jean-Pierre Maréchal, identificado como ‘Rasmus’ en los contactos con Pelicot., conocía los actos de Dominique y seguía su mismo modus operandi con su propia mujer.

Inspirado por el comportamiento de Dominique Pelicot

Jean-Pierre Maréchal, de 63 años, ha terminado involucrado en el caso al encontrarse imágenes de su esposa en el disco duro principal de Dominique Pelicot. Ambos mantenían contacto a través de la plataforma Coco.gg, por donde se conocieron. Los intercambios entre ambos dejan claro el modus operandi utilizado: “5 pastillas trituradas de Temesta en una bebida”, una marca de lorazepam. Este ansiolítico, sin embargo, no se utilizó con Gisèle Pelicot, sino con la mujer de “Rasmus”. Así, el hombre habría seguido el ejemplo de su colega para violar a su esposa. Para entonces, el señor Pelicot habría violado a Gisèle al menos 50 veces, según afirmaba él mismo.

“Rasmus” invitó varias veces a Pelicot a acompañarle en los actos. El marido de Gisèle acudió al menos cinco veces a su domicilio: a veces era el marido quien, delante de su amigo, abusaba a la mujer; otras, era el propio Pelicot. Sin embargo, no siempre pudieron actuar, pues la dosis no parecía ser suficiente para dormir a la mujer. Una noche, la víctima se despertó en medio de los abusos: se encontró de frente a un desconocido, Dominique Pelicot, con los pantalones bajados. Rasmus entonces le dio una excusa: había venido para hacerle fotos en ropa interior.

El acusado se negaba a mantener relaciones con Gisèle Pelicot y comenzó a bajar las dosis que administraba su mujer, lo que para los abogados de la defensa podía reflejar que quería terminar con los abusos. “Habría sido más útil que renunciase y avisara a las fuerzas del orden”, ha contestado el investigador.

Pese a que forma parte de los 51 acusados en el caso Mazan, su esposa nunca llegó a denunciarle para proteger a sus hijos, que han visto sus vidas trastocadas. “Es imperdonable”, ha expresado este miércoles la hija de Jean-Pierre Maréchal, que se enteró de los abusos cuando su padre fue detenido. El propio acusado admitió los hechos al comienzo del proceso y considera merecer la cadena perpetua.

128 archivos de abuso

Imágenes de la llegada a la sesión de la tarde de la séptima jornada del juicio que tiene lugar en los tribunales de Aviñón, Francia, sobre los abusos cometidos a Gisèle Pelicot por su marido, Dominique Pelicot, y otros 50 hombres (Edgar Sapiña Manchado/EFE)

Uno de los expertos informáticos del caso ha localizado un repertorio de 128 archivos en la carpeta “abusos”, donde Dominique Pelicot almacenaba las escenas de violación a Gisèle Pelicot. Según ha relatado durante la sesión de la tarde este martes, cada vídeo se guardaba con el nombre o apodo del agresor, su edad y el día en el que había sucedido. Algunos duraban hasta 3 o incluso 6 horas, en las que los abusos eran constantes. Guardaba igualmente fotos de su esposa y sus hijas, así como algunos montajes amateur que realizaba de ambas.

Los policías encargados del caso calculan cientos de violaciones perpetradas por hasta 83 hombres, de los que tan solo han podido localizar a 50.

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