Hace solo unas horas que la Princesa de Gales anunciaba que había finalizado su tratamiento de quimioterapia después de más de seis meses en su lucha contra el cáncer. Lo hizo mediante un emotivo video en el que mostraba un divertido día de campo junto a sus hijos, padres y marido, el Príncipe Guillermo. Kate Middleton comentaba en voz en off lo duro que ha sido el proceso para toda la familia y como ahora, aunque aún tiene que mantener mucho reposo, puede comenzar a ver la luz al final del camino.
Sin embargo, Guillermo no se había pronunciado al respecto todavía, por lo que había una gran expectación con su presencia este martes en una visita a Gales del Sur. El evento, que tuvo lugar en Llanelli, se vio rodeado por una ola de periodistas y Guillermo no pudo evitar que los presentes le plantearan preguntas sobre el estado de salud de su esposa, a pesar del acuerdo tácito que existe entre los medios y la familia real de no hacer preguntas en actos públicos. Por ello, en esta ocasión fueron los residentes locales quienes se tomaron la libertad de indagar sobre el bienestar de la princesa. “Está mejor, muchas gracias”, comentaba el hijo de Carlos III.
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Durante el recorrido, el Príncipe Guillermo se mostró particularmente receptivo ante los mensajes de apoyo que recibía. Entre estos, las tarjetas de buenos deseos para Kate Middleton, como un símbolo de la solidaridad y el cariño que el público ha manifestado hacia la Princesa durante su proceso de recuperación. Guillermo, en un gesto de gratitud, recogió las tarjetas y se comprometió a hacerle llegar los mensajes a su esposa.
Uno de los momentos más destacados del día ocurrió cuando una señora de 74 años le pidió a Guillermo que transmitiera sus mejores deseos a Kate. El Príncipe respondió con una mezcla de esperanza y prudencia, afirmando: “Son buenas noticias, pero aún queda un largo camino por recorrer”.
Una actitud mucho más positiva que meses atrás
En su itinerario, el Príncipe Guillermo también hizo una visita a la escuela primaria Swiss Valley, donde fue recibido por un grupo de estudiantes. Los niños, muy emocionados por la visita real, ondearon la bandera de Gales y mostraron un entusiasmo contagioso. De hecho, Guillermo aprovechó para comentar sobre las pulseras de la amistad que una niña, Ruby, había creado para sus hijos. Con humor, Guillermo hizo una broma acerca de su hijo Louis, sugiriendo que las pulseras llamarían mucho la atención para el niño: “Las mantendré alejadas de Louis porque intentará robarle todas las cosas a su hermana”.
La jornada también incluyó una parada en la sede de la Ambulancia Aérea de Gales, un lugar de gran significado personal para Guillermo, quien había trabajado allí como piloto entre 2015 y 2017. Durante la visita, expresó su deseo de volver a volar, mencionando que estaría dispuesto a ofrecerse como voluntario en el futuro.
El deporte también ocupó un lugar importante en la agenda del Príncipe, quien visitó el club de rugby Scarlets. Esta parada sirvió para rendir homenaje a los jugadores y apoyar una campaña destinada a identificar a exinternacionales galeses no registrados, quienes han contribuido al éxito del rugby en el país. Guillermo, con su nueva barba, se mostró entusiasta y comprometido con la causa.