La legítima defensa, a juicio en Francia: un hombre disparó tiros “de advertencia” a un grupo de hombres que le amenazó de muerte y rompió la puerta de su casa

Durante la madrugada, una pareja que había sido amenazada de muerte fue confrontada por un grupo de personas en Vendée, Francia. El caso fue llevado a juicio el lunes 9 de septiembre

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Fotografía de archivo de una persona probando un arma. EFE/Guillermo Azábal
Fotografía de archivo de una persona probando un arma. EFE/Guillermo Azábal

El lunes 9 de septiembre de 2024, el tribunal de La Roche-sur-Yon en Francia fue escenario de un juicio que ha puesto encima de la mesa el debate de la legítima defensa. Un hombre de unos 30 años fue acusado de disparar tiros de advertencia contra un grupo de personas que, según su testimonio, le amenazaron de muerte y rompieron la puerta de su casa. El incidente ocurrió el 7 de abril de este mismo año en el pequeño pueblo de Tallud-Sainte-Gemme, en Vendée, Francia.

El acusado recontextualizó los hechos en el tribunal este lunes: “Vienen a mi casa a pelearse. Dicen que tienen una Beretta”, relató ante la corte, según el diario francés Ouest France. Las tensiones comenzaron en la madrugada, alrededor de las 3:30 a.m de aquel día de abril, cuando el hombre y su pareja recibieron amenazas de muerte a través de su teléfono. El alcohol había desempeñado un papel en ambos lados de la confrontación, y lo que empezó como una serie de insultos telefónicos escaló rápidamente cuando un grupo, incluido el autor de las amenazas, se presentó frente a la casa de la pareja.

La versión del grupo difiere considerablemente de la de la pareja. Según ellos, fueron recibidos con disparos de una pistola calibre 22 tan pronto como llegaron a la casa, sugiriendo que el acusado había disparado intencionadamente contra ellos. Sin embargo, la pareja, que ya había contactado a la gendarmería nacional francesa antes de que la situación se descontrolara, afirmó que el cristal de su puerta principal fue roto antes de que el hombre decidiera disparar.

Durante el juicio, la presidenta del tribunal, Emilie Rayneau, preguntó al acusado: "¿Por qué dicen que dispararon a su puerta?". El hombre respondió que disparó porque temía que estuvieran armados: "Dijeron que iban armados, así que debí asustarles". Aunque admitió haber disparado cinco veces, insistió en que siempre lo hizo al aire y no directamente hacia el grupo.

El tribunal falló a favor de la legítima defensa

La fiscal, Fiammetta Esposito, desestimó las explicaciones del grupo, que no se presentó en el tribunal. La fiscal consideró incoherente la versión de que, tras recibir disparos, el grupo hubiera decidido continuar con su agresión rompiendo el cristal de la puerta con una barra de hierro: "¿Llegas en plena noche, alguien te dispara y te arriesgas a coger una barra de hierro para romper la puerta? No tiene sentido", cuestionó Esposito. Además, presentó numerosas capturas de pantalla de las conversaciones telefónicas previas, que respaldaban la veracidad de las amenazas de muerte.

Por su parte, Anne-Sophie Sarday, la abogada defensora del acusado, subrayó el miedo constante en el que vivía la pareja. Según la abogada, tras los incidentes, instalaron cámaras de seguridad en su casa y el acusado permanecía en vigilia por las noches para proteger a su pareja. “El miedo con el que viven es real”, argumentó Sarday.

Finalmente, el tribunal falló a favor de la legítima defensa. No obstante, el acusado fue multado con 150 euros por posesión ilegal de un arma, ya que no contaba con licencia para la pistola utilizada. En contraste, el autor de las amenazas, quien ya contaba con 18 condenas previas y era reincidente, fue sentenciado a seis meses de prisión.

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