Este martes ha comenzado la séptima jornada judicial del caso Mazan, en el que se investigan las violaciones sufridas por Gisèle Pelicot, mujer de 71 años que durante una década fue drogada por su marido para que decenas de hombres abusasen de ella. Los policías encargados del caso calculan cientos de violaciones perpetradas por hasta 83 hombres, de los que tan solo han podido localizar a 50.
Durante el día, se escucharán los testimonios de los 50 acusados, además de investigadores policiales que han trabajado en el caso durante cuatro años. El acusado principal, Dominique Pelicot, ha vuelto a faltar este martes a la cita judicial, pues se encuentra enfermo. Debía declarar por primera vez en el estrado, pero una infección le mantiene fuera de los tribunales. El presidente del Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, Roger Arata, ha pedido un “tratamiento de urgencia a partir de hoy”, pues en el centro penitenciario no podían atenderle hasta el jueves, y se encuentra hospitalizado. Se plantea una “suspensión del juicio” que podría durar varios días a causa de su enfermedad.
Del vecino al exmilitar: “No podían ignorar que ella estaba inconsciente”
Uno de los cuatro agentes de la policía judicial ha sido el encargado de hablar de la primera tanda de acusados. Identificados como “vecino de Mazan”, “motorista” o “exmilitar”, todos ellos aparecen en uno o varios de los vídeos que Dominique Pelicot almacenaba en su carpeta de “abusos”.
Algunos admiten que sabían que ella no era consciente de lo que sucedía, pero “no me pude parar”, confesaron ante la policía. Otros en cambio, hicieron constatar que pensaban que era una relación consentida debido a conversaciones previas que habían mantenido con el señor Pelicot. Incluso uno de ellos, exmilitar, llegó a afirmar que había charlado durante una hora con el matrimonio antes del inicio de las relaciones. El acusado terminó confesando tres encuentros durante la custodia policial, si bien por aquel entonces carecía de abogado.
Los audios de los vídeos parecen demostrar dudas sobre el consentimiento de Gisèle. “Es una locura que no se despierte, es raro”, comenta durante la grabación uno de ellos. Para el policía, esta claro que “los acusados no podían ignorar que ella dormía profundamente, que estaba inconsciente”.
Los acusados hablaban de Dominique Pelicot como el “jefe de orquesta” que organizaba los encuentros a través de Skype o las aplicación Coco. Según su abogada, Béatrice Zavarro, “muchos de los acusados dicen que si hubieran sabido que les estaban filmando no habrían ido allí”. El desconocimiento ha sorprendido al investigador, que asegura que las imágenes no se grabaron en un plano fijo y en los vídeos aparecen primeros planos.
Hasta 20 años de prisión por un delito de violación agravado
Los 51 hombres del juicio por las violaciones a Gisèle Pelicot se enfrentan a una condena por un delito de violación agravado, que podría saldarse con 20 años de prisión. De entre 26 y 74 años, acudieron al hogar del matrimonio en Mazan para mantener relaciones con la víctima, mientras ella estaba inconsciente a consecuencia de los fármacos que le administraba su marido.
La condena, no obstante, podría ser menor para alguno de los acusados, dependiendo del tipo de relación que hubieran mantenido. La legislación francesa solo reconoce la violación cuando se produce algún tipo de penetración, por lo que en caso contrario podrían ser condenados por un delito de agresión sexual agravado, con condenas de entre 5 a 10 años. Desde el año 2021, cualquier “acto buco-genital” se considera igualmente violación. A su vez, la defensa intenta abogar en algunos casos por el desconocimiento de que la víctima se encontraba inconsciente, así como la colaboración con las autoridades durante el caso.