Los horrores del caso Pélicot han conmocionado al mundo entero: Gisèle, mujer de 71 años, sufrió durante una década constantes violaciones de decenas de hombres diferentes mientras ella estaba inconsciente. Todo bajo la atenta mirada de su marido, Dominique Pélicot, que le administraba ansiolíticos sin su conocimiento. La mujer ha sufrido grandes secuelas de estos abusos, de los que no recuerda nada: se le han diagnosticado cuatro enfermedades sexualmente transmisibles directamente imputables a las violaciones, padece además un fuerte estrés postraumático con pensamientos suicidas.
El relato que ahora evalúan atentamente desde el tribunal pena departamental de Vaucluse ha causado especial impacto en Mazan, localidad en la que el matrimonio pasó casi diez años. Gisèle y Dominique se trasladaron allí en el año 2013, tras la jubilación del marido, y en su hogar sucedieron la mayoría de los abusos. Algunos titulares de prensa han apodado el municipio como el “pueblo de los violadores”, un apodo que molesta a algunos habitantes según han relatado a la cadena francesa BFMTV.
“No estamos demasiado orgullosos. No somos violadores. No hay solo violadores en Mazan”, reporta Marie, habitante del pueblo. Toma un café con su amiga Clara cuando aparecen los periodistas. “con todos los violadores que ha habido, no se trata solo de Mazan. También ha habido en toda Francia en esta historia”, opina la compañera. Y agrega: “no hay que dejar que esto mate al pueblo de Mazan”.
Preocupación por los hombres sin identificar
El medio francés pudo también hablar con Louis Bonnet, el alcalde del pueblo, que asegura que entre los vecinos se ha instaurado una cierta sospecha desde la apertura del juicio. “Lo que más nos preocupa a nivel del pueblo es saber que hay una decena o una veintena que no han sido identificados”, explica ante las cámaras. “Eso significa que estas personas, quizás las encontremos en la calle sin saberlo. Puede que sea nuestro vecino, nuestro amigo, el artesano que viene a nuestra casa. Puede que sea el comerciante que cruzamos todos los días”, continúa el alcalde. De los 83 hombres que aparecen en los vídeos almacenados por Dominique Pélicot, tan solo han sido identificados 50, que se enfrenta a los tribunales junto al marido.
En la lista de acusados aparecen los nombres de profesores, bomberos, policías, artesanos, periodistas, electricistas y enfermeros, personas cotidianas que presuntamente cometieron violaciones repetidas contra Gisèle Pélicot. Muchos de ellos, no obstante, niegan haber mantenido relaciones sin su consentimiento, pues creían que la mujer se hacía la dormida, según han defendido ante los investigadores. Pese a ello, los vídeos parecen dejar poca duda respecto a la falta de consentimiento y pueden ser condenados por un delito de violación agravada, penado con hasta 20 años de cárcel en la legislación francesa.
En esta situación, algunos comerciantes del pueblo han mostrado su preocupación. Entre ellos, Evan Tuvignon, propietario de una rosticería en el pueblo, que lamenta la mala publicidad “a nivel nacional” que está recibiendo Mazan. “Nos corresponde a nosotros, como comerciantes, rehabilitar la imagen, mostrarnos irreprochables siempre que recibamos turistas”, piensa él. “Pero, por supuesto, nos hubiera gustado darnos a conocer de otra manera”.