El presidente de Castilla-La Mancha no ha reparado en críticas a la dirección del PSOE por la gestión del acuerdo fiscal entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa. Emiliano García-Page ha llegado al Comité Federal del PSOE, que se celebra este sábado en Madrid, decidido a no guardar silencio. A su llegada al cuartel general de los socialistas, el líder castellanomanchego ha exigido al PSOE conocer el pacto firmado, ya que lo que se conoce hasta ahora fue difundido solo por los republicanos.
“Que nos den una copia del acuerdo firmado. Yo no lo he visto. Llama la atención que nadie [en el PSOE] lo haya mostrado. Y ese documento es mucho más egoísta que socialista”, ha señalado ante los micrófonos. Page ha manifestado así su “enorme preocupación por este país y por los valores” del partido.
Una vez entrado en la materia, el secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha ha cuestionado las explicaciones realizadas hasta la fecha por parte del Gobierno y de los dirigentes de la cúpula del partido ante una pacto que es “indefendible”. “Cuando se comparan estímulos fiscales de 10 millones de euros, esa burda manipulación, o es una broma o un intento de confundir a la gente”, ha apostillado.
Acto seguido, ha profundizado: “No sé si de amnistía o de la Constitución, pero de dinero entiende todo el mundo. Sabemos lo que hay y no creo que haya muchos tontos que se traguen este cuento”. Estas palabras hacen alusión a las explicaciones de la portavoz del partido, Esther Peña, sobre la fiscalidad diferenciada y “singular” en las provincias en riesgo de despoblación de Teruel, Soria y Cuenca. Asimismo, la dirigente se refirió al trato fiscal de Canarias o Baleares. “Y nadie puso el grito en el cielo”, argumentó el pasado lunes en una rueda de prensa tras la Ejecutiva Federal.
Según ha trascendido, el acuerdo permitirá a Cataluña “tener la llave de la caja”, como así lo resumen los republicanos. En esencia, el pacto establece que la Generalitat asumirá el control total sobre la gestión, recaudación, liquidación e inspección de todos los impuestos generados en su territorio, excluyendo solo aquellos de naturaleza local. Por ello, la Agencia Tributaria de Cataluña será la encargada de todos los tributos para garantizar la “suficiencia financiera y la soberanía fiscal” de la comunidad.
Gobernar no puede ser un “cheque en blanco”
Aunque los socialistas rehúsan llamarlo “concierto económico”, este pacto concede a Cataluña una capacidad normativa y de gestión sobre sus recursos fiscales que la acerca al modelo vasco, lo que ha desatado la preocupación en otras comunidades autónomas y dentro del propio PSOE. “Y lo que dice el acuerdo es lo que dice el acuerdo, no lo que cada uno creamos que dice el acuerdo. Y lo que no dice el acuerdo es lo que no dice”, se limitó a explicar la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Para Page, impedir que no gobierne la derecha con la ultraderecha no puede ser un “cheque en blanco para poner pata arriba los consensos constitucionales”, además de “jugar con los valores y los principios del PSOE”. De esta manera, se ha mostrado favorable a igualar la fiscalidad y acometer de una vez el esperado proceso de armonización, esto es, “establecer por ley para que no haya dumping fiscal”, pero ha dejado claro que esto no implica priorizar unas comunidades por encima de otras.