El proceso judicial contra Dominique Pélicot, de 71 años, y otros 50 hombres acusados de violar repetidamente a Gisèle Pélicot bajo los efectos de ansiolíticos, continúa estremeciendo a la sociedad francesa. De 2011 a 2020, Dominique permitió que tanto él mismo como otros hombres abusaran de ella mientras estaba inconsciente. Aunque los investigadores han identificado a más de 70 hombres en los vídeos que su propio marido grababa y guardaba en su ordenador, solo 50 han sido localizados. El juicio comenzó este lunes, 2 de septiembre, en el tribunal de Aviñón y por ahora, se da como fecha final el 20 de diciembre, debido a la cantidad de acusados que tienen que declarar.
El jueves, Gisèle Pélicot testificó por primera vez en el juicio. Durante una hora y media, describió cómo fue violada repetidamente mientras estaba inconsciente debido a los somníferos que le administraba su esposo. “Para mí, el mal está hecho”, comenzó durante su primera intervención. Gisèle ya no habla de su esposo, sino del señor Pelicot. “Mi mundo se derrumba, todo colapsa. Tuvimos tres hijos hermosos, siete nietos, éramos la pareja ideal”, ha afirmado la mujer, que considera que ya ha perdido a su marido. “Es una traición”, añade. “No me reconozco en los vídeos. Son escenas de violación, pero esa no es la palabra correcta. Es barbarie. Fui sacrificada al altar del vicio”, dijo.
A la salida del tribunal, su hija Caroline Darian expresó el orgullo el duro proceso al que se ha tenido que someter su madre. “Ella es ejemplar. Demuestra una dignidad y un coraje que inspiran respeto. Estoy muy orgullosa de ella y eso es todo lo que puedo decirles hoy”, declaró a los medios.
Ella declaró ante el tribunal el viernes, según recoge AFP. “Todo cambió el 2 de noviembre de 2020, el día que descubrí lo que mi padre había hecho. Hasta ese momento, él era alguien sano y cariñoso. Hoy, lo considero uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años”, afirmó Caroline, devastada.
Su hija y su nuera también podrían haber sido víctimas de abusos
Además de los abusos cometidos contra su madre, Caroline descubrió que también había sido fotografiada sin su consentimiento. Entre los archivos de su padre se hallaron imágenes de ella desnuda y acostada, y ahora sospecha de si pudo estar drogada, como le sucedió con su madre.
El proceso judicial será público, algo atípico en Francia, ya que la norma muy estricta. Sin embargo, pese a la decisión de la víctima de mostrar su rostro, no ocurrirá lo mismo con los acusados. La ley les ampara, y las imágenes solo podrán ser difundidas cuando el caso haya sido cerrado y siempre que se tenga “el acuerdo y el respeto de los derechos de las partes”.
La investigación comenzó de causalidad el 12 de septiembre de 2020, cuando el acusado principal fue arrestado en un supermercado de Carpentras, en el sur de Francia, por grabar a clientas bajo sus faldas. A raíz de este arresto, los investigadores descubrieron miles de imágenes y vídeos que mostraban a su esposa siendo violada por desconocidos. Los abusos empezaron en 2011, cuando la pareja residía en la región de París, y continuaron entre marzo de 2013 y 2020, tras su mudanza a Mazan, una localidad cercana al Mont Ventoux, en el sur del país. Para reclutar a los agresores, el acusado utilizó un foro en la web de citas coco.gg, que fue clausurada por la justicia en junio.