La vida de la princesa Leonor dio un giro de 180 grados en agosto de 2023, cuando tuvo que adaptar su día a día a una nueva rutina tras comenzar el primero de sus tres años de formación militar para el cargo que, como futura reina de España, le espera como mando supremo de las Fuerzas Armadas.
Entonces, la hija mayor de los reyes Felipe VI y Letizia ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza, donde, tras recibir el sable de cadete, empezó a dar sus primeros pasos en la institución. Allí tuvo que hacer frente a diferentes maniobras propias del Ejército de Tierra y, cómo no, a exigentes pruebas de nivel físico que ponían a pruebas sus habilidades.
Vestida con uniforme de campaña propio del ejército, mochila y armada con un fusil, la princesa de Asturias se enfrentó a las primeras pruebas en la Academia. Las fotografías publicadas por la casa real mostraban a la hermana de la infanta Sofía realizando marchas, ejercicios de topografía o atravesando zonas con alambre de espino.
Aquellas instantáneas traspasaron la frontera y, de hecho, la princesa fue definida por la prensa internacional como “la chica de acción definitiva”. Tras superar con creces todas y cada una de las pruebas de la Academia Militar, el impecable paso de la joven de 18 años por allí le llevó a recibir el título de dama cadete alférez de manos de su padre, el rey Felipe VI.
Falta de formación física
Tras poner fin a sus vacaciones de verano, el pasado 29 de agosto de 2024, Leonor se trasladó a Pontevedra para iniciar su segundo año de formación militar en la Escuela Naval de Marín, donde ingresó como alumna de tercero con el rango de guardimarina. Si bien su paso por el Ejército de Tierra en Zaragoza fue más que satisfactorio, se pensaba que la princesa seguiría la misma línea en Galicia. Sin embargo, se ha encontrado con varias complicaciones en su camino.
Tras las primeras jornadas de instrucción, los altos mandos del centro se han percatado de que la nieta del rey Juan Carlos I muestra ciertas dificultades en su formación. Y es que, nada más llegar a Marín, participó en un intenso día de competiciones deportivas entre brigadas y dichas pruebas pusieron de manifiesto su deficitaria preparación física, según Monarquía Confidencial.
Ataviada con su impoluto uniforme blanco, protagonizó su primera salida al mar con su primera instrucción marinera. Sin embargo, el momento que quedó grabado en la retina de los responsables del centro fue la competición entre equipos, pues fue precisamente en esta práctica deportiva donde la princesa mostró su falta de formación física. “No está en condiciones óptimas para seguir los entrenamientos estrictos a los que están acostumbrados aquí”, recoge la ya citada publicación sobre los primeros días de la heredera en Marín.
Con la idea de que la royal española ejecute su instrucción y su desempeño de manera apropiada, los responsables del centro han puesto en marcha un plan con el fin mejorar el estado físico de la princesa, quien a partir de ahora desarrollará un estricto entrenamiento en la Academia como parte de su formación personalizada. En otras palabras, la heredera tiene ante sí el desafío de ponerse en un forma en un tiempo récord si quiere superar cada una de las pruebas que, de aquí en adelante, va a tener que afrontar. No cabe duda de que Leonor dará todo de sí para alcanzar el estado físico que exige el centro y, de esta manera, cumplir todos los retos propios de la Escuela Naval de Marín.