El motivo por el que la infanta Cristina mantiene una buena relación con Iñaki Urdangarin pese a su divorcio: “Es un hombre distinto”

La hermana de Felipe VI y el exjugador de balonmano pusieron fin a sus 26 años de matrimonio el pasado mes de diciembre, fecha en la que firmaron su separación

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Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina en una iamgen de archivo. (Europa Press)
Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina en una iamgen de archivo. (Europa Press)

El pasado mes de diciembre, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin firmaron su divorcio y pusieron fin a sus 26 años de matrimonio tras varios meses separados. Y es que la vida de la entonces pareja cambió drásticamente cuando salió a la luz los problemas judiciales del exduque de la Palma con el caso Nóos. Sus cuentas pendientes con la justicia le llevó a pasar una temporada en la cárcel. Tras su salida, y cumpliendo con sus obligaciones como recluso de tercer grado penitenciario en un bufete de abogados, conoció a Ainhoa Armentia, con quien mantiene un noviazgo desde 2022.

Asimilar toda esta situación no ha sido nada fácil para la hermana de Felipe VI, quien tuvo que poner fin a su historia de amor con el padre de sus hijos, mientras aún se enfrentaba a las consecuencias derivadas del procedimiento judicial de su entonces marido. Pese a que hoy en día ambos siguen sus caminos por separados, lo cierto es que la royal británica sigue manteniendo una buena relación con él. El motivo se encontraría en la supuesta situación mental en la que se encuentra el exjugador de balonmano actualmente, según Vanitatis.

El paso de Iñaki Urdangarin por prisión le cambió la vida para siempre, pues el deportista entró en una especie de desconcierto mental que le alejó de todo, incluso de su familia. Una situación que, tras su salida del centro penitenciario, empeoró, según desveló la infanta Cristina a su padre, Juan Carlos I, y sus allegados y que, ahora, ha recogido la ya citada publicación.

La infanta Cristina de Borbón junto a su exmarido, Iñaki Urdangarin, y sus cuatro hijos, Pablo, Miguel, Juan e Irene, en una imagen de archivo (Europa Press)
La infanta Cristina de Borbón junto a su exmarido, Iñaki Urdangarin, y sus cuatro hijos, Pablo, Miguel, Juan e Irene, en una imagen de archivo (Europa Press)

Se trastocó, está como trastornado, no es él”, son las palabras que repite el rey Emérito a quienes les relata sus impresiones. El marido de la reina Sofía siente una gran preocupación por su hija, quien sigue en contacto con el exduque de la Palma. Y es que, precisamente, fue el abuelo de la princesa Leonor quien asesoró a la infanta Cristina para que esta tramitase su divorcio. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que esta era incapaz de poner un freno ante las exigencias de su exmarido. “Al final, me va a tocar pagar a mí”, bromeaba el entonces rey de España.

Iñaki Urdangarin no escatimó a la hora de realizar peticiones a la infanta, pues él considera que su implicación en el caso Nóos fue por culpa de su familia política, quienes le dejaron en la estacada y sin prestarle ninguna ayuda. Y, teniendo muy presente esto, negoció el divorcio con su entones mujer, según recoge la publicación. Ante esta situación, Juan Carlos optó por alejarse del proceso y, en su lugar, dejó todo en manos de sus asesores. “No quería pagar él el pato de la infidelidad de Iñaki”, indican fuentes cercanas del círculo íntimo de la familia a Vanitatis.

Iñaki es otra persona

Mucho antes de que él saliera de prisión, Cristina ya era consciente de que su expareja no atravesaba un buen momento. Tanto es así que, aun siendo consciente de que este le había sido infiel durante su matrimonio, abandonó cualquier intento de iniciar un proceso de separación y apostó por su relación. De esta manera, cuando este alcanzó la libertad, la royal española habló con sus cuatro hijos para explicarles que tenían que tener paciencia con su padre, quien requería de tiempo para adaptarse y que, además, había una crisis que tenían que superar todos juntos. A medida que ellos intentaban ponerse en la piel de deportista, este empezaba a dar los primeros pasos en una relación sentimental paralela que dinamitó todo.

Iñaki Urdangarin e Ainhoa Armentia en una imagen de archivo (Europa Press)
Iñaki Urdangarin e Ainhoa Armentia en una imagen de archivo (Europa Press)

Aquel romance “devastó” a la infanta, pero ni aquello pudo hacer frente al fuerte cariño que esta le procesa al exduque de la Palma. “Sigue siendo el padre de sus hijos y eso es fundamental para ella, religiosa y tradicional como es”, afirman las fuentes a Vanitatis. De hecho, aunque han pasado casi diez meses desde que ambos firmaron su divorcio, la infanta Cristina aún luce su anillo de casada, joya que combina con otros accesorios para jugar al despiste.

Precisamente, la devoción por la religión de Iñaki es otro punto que también “se ha trastocado”. “Ella recuerda al Iñaki de antes, al que era su marido, y dice que nada tiene que ver con el hombre de ahora, que es un desconocido, un hombre distinto”, señalan las citadas fuentes a la publicación. Ahora, su vida se centra en luchar por ser una persona anónima, algo realmente complicando teniendo en cuenta que es “exmiembro de la familia real, el preso más famoso de España y exduque”. Pese a ello, “Cristina le apoya” en esta firme decisión. Actualmente, el día a día de Iñaki transcurre en un humilde piso situado en Vitoria, a escasos metros de su madre, Claire Lieabaert, desde donde mantiene una rutina discreta y disfruta de su felicidad junto a Ainhoa Armentia.

El árbol genealógico de la Familia Real española
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