Una directora de colegio de un pueblo que recibió amenazas de muerte por su orientación sexual deja su empleo tras 20 años: “Nunca la apoyaron”

El rectorado insistía en trasladarla para “protegerla”, algo a lo que accedió tras más de ocho meses de insultos y otros ataques contra su integridad

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Imagen de un aula de un colegio vacía (Imagen Ilustrativa Infobae)
Imagen de un aula de un colegio vacía (Imagen Ilustrativa Infobae)

Educar a los más jóvenes es una parte clave en el correcto desarrollo de un país. Los niños y adolescentes son quienes, en un futuro, deberán sacar adelante la economía, defender los derechos, proteger a la sociedad. Por ello, la docencia es una de las profesión fundamental para cualquier Estado, aunque en la mayoría de los casos resulte infravalorada y, casi siempre, mal pagada.

Pero a este hecho se le suma que, si bien asumimos que son los profesores quienes deben inculcar los valores y las normas de ciudadanía a los chicos y chicas que asisten a la escuela, en realidad muchas veces son los padres, abuelos y resto de familiares quienes ofrecen un pésimo ejemplo de conducta.

Acoso a la directora de un colegio

Sobre este tema ha dado mucho que hablar la dimisión de la directora de una escuela en el pequeño pueblo francés de Cantal, de 300 habitantes. Caroline, ese es su nombre, ha decidido abandonar su colegio tras veinte años dando clases y tres en el equipo directivo. La razón de este cese ‘voluntario’ de su actividad profesional han sido los ataques a los que ha tenido que hacer frente durante los últimos meses por haberse conocido su orientación sexual.

Los hechos los ha contado la periodista Elise Martin en el periódico galo 20 Minutes. En diciembre de 2023, Caroline comenzó a recibir varios mensajes con insultos y amenazas tras conocerse que estaba casada con una mujer. En la escuela alguien escribió “pedófila” en una de las paredes dos días antes de que empezara el curso. Escritos como estos han sido allí habituales en estos ocho meses, tanto como frecuentes fueron las cartas que Caroline recibía, con frases como “muérete tortillera”.

Los padres querían sacar a los niños de la escuela

Caroline acabó alertando al rectorado -la administración territorial encargada de gestionar, entre otras cosas, la educación-. Este organismo le recomendó que se cambiara de escuela para “protegerse”, algo a lo que ella se negó: quería hacer frente a todos esos “cuervos” que volaban alrededor de ella y llegó a poner hasta cinco denuncias.

Sin embargo, durante estas investigaciones se encontró con otro obstáculo: la actitud de muchos de los padres de la escuela. “Los padres de los estudiantes no querían que la gendarmería instalara cámaras de vigilancia para avanzar en la investigación”, explica Thierry Pajot, secretario general del sindicato de directores de escuelas, en el reportaje del 20 Minutes. Este también ha explicado que algunas familias incluso “querían sacar a sus hijos de la escuela”.

Esta falta de apoyo fue la que, finalmente, hizo que la directora se diera por vencida y decidiera pedir la baja. “La profesora nos dijo que nunca se había sentido apoyada, que todos lo sabían pero que nunca nadie hizo nada”, explica Pajot. De hecho, ni siquiera en la escuela el resto de compañeros la defendieron, algo que se ha podido percibir en la publicación en redes sociales de la escuela que ha anunciado una “vuelta tranquila” a las clases con sus nuevos profesores.

Que no vuelva a suceder

El secretario del sindicato de profesores ha tildado de “inaceptables” estos acontecimientos. “Caroline es una excelente profesional, reconocida en el sector”, alega. “Nos sorprende ver que, incluso en 2024, la gente puede destruir la vida profesional por odio a los demás. Debemos estar atentos para que esto no vuelva a suceder”.

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