Contundente y reivindicativa. La recién nombrada presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Supremo ha dado el pistoletazo de salida al curso judicial con un discurso en el que ha destacado como un “hecho histórico” que una mujer haya alcanzado la presidencia del órgano de gobierno de los jueces.
Después, ha defendido la independencia judicial frente a “injerencias externas” y “ataques injustificados”. Ha recordado que “el Poder Judicial es diseñado en nuestra Constitución como un auténtico Poder”, por lo que ningún otro “puede dar indicaciones ni instrucciones a los jueces y magistrados sobre cómo han de interpretar y aplicar el ordenamiento jurídico”. Por ello, ha dado su “compromiso” y el del órgano de gobierno de los jueces para, durante su mandato, “velar por la independencia judicial”.
En la misma línea, ha reconocido que los años de bloqueo han provocado una situación “muy delicada” especialmente en el Tribunal Supremo. El riesgo de colapso en los tribunales ha ocasionado una “respuesta tardía” a los ciudadanos que acuden a la Justicia, lo que “no satisface la exigencia constitucional de que la tutela judicial sea realmente efectiva”. Perelló ha trasladado al Rey su “propósito” de “hacer todo lo posible para revertir esta situación”.
Dirigiéndose al monarca, ha acabado su primer discurso al frente del CGPJ y el Tribunal Supremo dándole las gracias por su “constante apoyo” durante “todos estos años”.
Un techo de cristal roto
Perelló ha abierto el Año Judicial como la primera presidenta del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo, instituciones centenarias. La magistrada de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal ha roto un techo de cristal en la alta judicatura, uno de los sectores más atrasados en materia de paridad.
El pistoletazo de salida al curso judicial llega también con el fin del bloqueo del órgano de gobierno de los jueces, que eligió in extremis a su nueva presidenta, Isabel Perelló, a escasas 48 horas del acto presidido por el Rey. La magistrada del Tribunal Supremo, órgano que también pasa a presidir, juró el cargo este miércoles y ha tenido un breve margen de tiempo para preparar el tradicional discurso que ha pronunciado junto al monarca.
Los focos, además de en Perelló, estaban puestos en la figura del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, que está al borde de la imputación en el Tribunal Supremo por un presunto delito de revelación de secretos al haber ordenado desmentir informaciones sobre la causa por fraude fiscal abierta contra el novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador. En su discurso, García Ortiz ha asegurado que “la ciudadanía puede estar tranquila” porque “ha actuado, actúa y actuará, porque así debe hacerlo, de forma imparcial”.
El fiscal general del Estado ha presentado la Memoria del Ministerio Público correspondiente a 2023. En el documento ha advertido de la vulnerabilidad que acompaña a los menores en el uso de las redes sociales, destacando también su preocupación ante el incremento de delitos cometidos por este colectivo.
“La falta de cultura del esfuerzo que fomenta la digitalización se traduce en nuestros jóvenes en una baja –cuando no nula– tolerancia a la frustración, convirtiéndolos en víctimas de la insatisfacción, del estrés y la ansiedad avocándoles a la búsqueda casi constante de la gratificación instantánea”, señala la Memoria.