Gisèle Pelicot, drogada por su marido y violada por varios hombres, planta cara a sus agresores: “Fui sacrificada al altar del vicio”

La mujer ha rechazado un juicio cerrado porque quiere que la vergüenza “cambie de bando”

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Gisele Pelicot llega a los
Gisele Pelicot llega a los juzgados en Aviñón (AP Photo/Lewis Joly)

Gisèle Pelicot ha subido al estrado este jueves ante un tribunal de Aviñón, que juzga a más de cincuenta hombres por haberla violado en repetidas ocasiones mientras ella se encontraba inconsciente. Durante años, Dominique Pelicot, su exmarido, drogó a Gisèle y permitió que hasta 72 hombres le agredieran sexualmente. El proceso judicial será público para que “sirva a una causa más grande y que ninguna mujer vuelva a sufrir una sumisión química”, ha expresado la víctima.

“Para mí, el mal está hecho”, ha comenzado durante su primera intervención. Gisèle ya no habla de su esposo, sino del señor Pelicot. “Mi mundo se derrumba, todo colapsa. Tuvimos tres hijos hermosos, siete nietos, éramos la pareja ideal”, ha afirmado la mujer, que considera que ya ha perdido a su marido. “Es una traición”, añade.

De acuerdo con los instructores, Gisèle Pelicot, que tiene ahora 71 años, fue violada decenas de veces entre 2011 y 2020 por decenas de hombres con los que su marido, Dominique, había contactado para que en una especie de voyeurismo tuvieran relaciones sexuales con ella mientras estaba bajo los efectos de ansiolíticos. Todo se descubrió en septiembre de 2020 cuando Dominique Pélicot fue detenido por los vigilantes de un supermercado de la ciudad de Carpentras por haber filmado bajo la falda de varias mujeres.

“He hecho una tontería”, le dijo el señor Pelicot por teléfono, después de ser detenido. En el momento, ella se quedó sorprendida, pues “nunca había hecho ningún gesto inapropiado ni dicho palabras obscenas a mujeres”. Cuando los policías fueron a analizar su material informático, se toparon con miles de fotos y vídeos en los que aparecía su mujer inconsciente mientras diversos hombres cometían abusos contra ella.

La víctima ha asegurado que los policías le salvaron la vida, pero que cuando descubrió los hechos se derrumbó. “En ese momento, tuve ganas de desaparecer, porque sabía que tenía que contarle a mis hijos que su padre estaba bajo custodia policial”.

“Violación no es la palabra correcta, es barbarie”

Gisèle asegura que no pudo ver los vídeos durante años, hasta el momento de preparar el juicio. “No me reconozco, son escenas de violación. Estoy en mi cama, inerte, dormida y ellos me están violando”, aunque, según dice, violación no es la palabra correcta, es “barbarie”. “Es insoportable, insostenible, estoy anestesiada en mi cama. Fui sacrificada al altar del vicio”, cuenta.

La víctima asegura que está “devastada” por lo ocurrido, pero ha iniciado un camino de lucha. “Soy como un boxeador que se cae y se levanta cada vez”, relata.

51 violadores ante la justicia: “La vergüenza debe cambiar de bando”

Beatrice Zavarro, abogada de Dominique
Beatrice Zavarro, abogada de Dominique Pelicot (REUTERS/Manon Cruz)

Dominique Pelicot, de 71 años, drogó a su esposa durante casi una década para permitir que otros hombres la violasen, tal y como reconoció el pasado martes, en la segunda jornada del proceso judicial. Pese a que los investigadores han reconocido hasta 72 hombres de entre 26 y 74 años en los vídeos incautados, solo 50 de ellos han sido localizados y se enfrentan, junto con el señor Pelicot, a un delito de violación agravada, penado con hasta 20 años de cárcel.

“Esos hombres me mancillan, se aprovechan de mí. Y ni uno solo se dice que hay algo raro”, ha señalado su víctima. “Fui utilizada como una muñeca de trapo. Se aprovechan de mí, me utilizan como una bolsa de basura”, dice. En total, se han denunciado 92 actos de violación, de los que el señor Pelicot también participaba.

La incorporación de su ADN en los ficheros judiciales ha servido para relacionarlo e inculparlo del asesinato de una mujer de 23 años en París en diciembre de 1991, así como una tentativa de violación de otra mujer de 19 años en mayo de 1999, en la localidad de Villeparisis.

*Con información de EFE

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