Así es cómo la pasta de dientes puede evitar que te suspendan la ITV

El día que toca llevar el coche al taller para pasar la ITV (Inspección Técnica de Vehículos) es uno de los momentos más temidos por los conductores. Hay usuarios que ahorran dinero durante todo el año para prevenir cualquier eventualidad. Los propietarios de automóviles que registran graves anomalías en la prueba son conscientes de que tendrán que pagar una tasa elevada. No obstante, hay muchas personas que acuden al centro pensando que su vehículo pasará la prueba de forma favorable y se dan de bruces con la realidad: han suspendido por pequeños fallos.

Los fallos de alumbrado y señalización encabezan el listado de faltas graves que pueden dejar sin pasar la ITV. Fallos en la luz de marcha atrás, de cruce, en los intermitentes, luces sin homologar, llevar un número no reglamentario de luces, etc.

No son pocos los coches que circulan por la carretera con los faros apagados. La alta exposición al sol, el polvo y la contaminación son los principales factores que contribuyen a que los faros de los coches amarilleen. Además de darle al vehículo un aspecto descuidado y envejecido, pueden poner en peligro la visibilidad nocturna y comprometer la seguridad. La buena noticia es que hay una forma sencilla de solucionar este problema sin invertir apenas dinero.

Los faros opacos pueden ser motivo de suspenso en la inspección del coche, pero hay algunos métodos caseros para eliminar la suciedad de las luces y ahorrarse el dinero que implica hacer la prueba dos veces. La solución más sencilla es utilizar pasta de dientes. Para empezar, hay que lavar el faro con agua y jabón neutro y, después, aplicar una capa de pasta de dientes. Habrá que dejarla actuar durante unos minutos y, a continuación, retirarla cuidadosamente con un paño húmedo. Una vez eliminada totalmente, aclarar con agua y secar los faros.

Cuando llevamos nuestro vehículo a pasar la ITV podemos obtener tres resultados: favorable, desfavorable o negativa. Normalmente, una inspección será desfavorable si hay algún fallo grave en el coche o si se han detectado una serie de fallos leves que, unidos, pueden suponer un peligro para el conductor o para el resto de usuarios de la vía. En el caso de que se obtenga este resultado, existe un plazo de hasta dos meses para solucionarlo, hasta entonces el vehículo deberá permanecer parado.

Los intervalos para subsanar los defectos que provocan el resultado desfavorable los fijan las comunidades autónomas, que tienen transferidas las competencias; pero, por norma general, dan un par de meses para arreglarlo. Aunque, puede haber excepciones, ya que si el encargado considera que con dos meses no será suficiente para corregir los defectos, te puede dar unos días más de margen para solucionar el problema.

Una vez reparado el vehículo, deberás regresar a la misma estación para comprobar que todo está en orden y que la ITV desfavorable se convierta en una inspección favorable, hasta entonces el coche deberá permanecer quieto.