Una mujer vive en la calle porque unos ‘okupas’ asaltaron su casa hace dos años: “No va a aguantar mucho más”

Tras tener que cerrar su negocio por las restricciones de la Covid-19, Audrey decidió ayudar y hospedar en un piso que poseía a una familia que se encontraba en una de las habitaciones de su hotel, pero aún no se han ido

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Mujer en situación de calle (Pexels)
Mujer en situación de calle (Pexels)

Con una pandemia a cuestas y una crisis económica en desarrollo, una antigua restauradora llamada Audrey vive sus días en la actualidad como una persona sin hogar, mientras una familia a la que alguna vez ofreció ayuda permanece en su propiedad y sin intenciones aparentes de desalojarla. Hace ya dos años, Audrey prestó un pequeño apartamento a esta familia que previamente se hospedaba en su hotel. Desde entonces, ha sido imposible recuperarlo, y sus esfuerzos judiciales no han dado los frutos que ella pensaba, según los detalles de los que informó France Bleu Gironde hace unos días.

Los hechos ocurrieron hace cinco años, momento en el que Audrey había adquirido y gestionaba un hotel con bar y restaurante en Le Teich, ubicado en la bahía de Arcachon. Sin embargo, la contención y las medidas restrictivas impuestas para combatir el Covid-19 en el año 2020 la obligaron a tomar la decisión de cerrar su negocio poco después de su apertura, lo cual derivó poco después en la quiebra. “Tenía un piso de empresa con este negocio, y al mismo tiempo lo perdí todo”, relató Audrey al medio francés citado.

Cierra el negocio y le ‘okupan’ la casa

Pese al cierre de su negocio, Audrey contaba con un pequeño piso cerca en el que podría vivir. Sin embargo, Audrey decidió ayudar y hospedar en un piso adicional que poseía a una familia que se encontraba en una de las habitaciones de su hotel. Lo que Audrey no se esperaba, es que la promesa de le hizo la familia de que se irían lo antes posible, en cuanto encontraran otro lugar, se ha vuelto un compromiso que, a día de hoy, aún no se ha cumplido. “Siguen diciendo que se van a ir, pero nunca lo hacen,” comentó Audrey.

Sin una residencia fija, Audrey ha estado buscando empleo en Burdeos, aunque su situación de calle complica considerablemente su posibilidad de ser contratada. A pesar de contar con amplia experiencia en restauración, ningún empresario desea asumir el riesgo. “No tengo alojamiento, así que no me contratan,” explicó. “Llevo siempre una mochila, tienen miedo de que no llegue limpia.

“Es más difícil encontrar alojamiento que comida”

En su intento por sobrevivir pidiendo limosna en la calle, Audrey conoció a Josiane, una vendedora de frutas y verduras en el mercado de Saint-Michel. Josiane le ofreció trabajo en su puesto y, con el paso del tiempo, lograron forjar una bonita amistad. Josiane también consiguió pagarle algunas noches en hoteles o albergues juveniles, y en ocasiones también le consiguió pequeños trabajos de limpieza.

“Ahora mismo está tocando fondo. Creo que realmente necesita ayuda. No va a aguantar mucho más, no pasará el invierno”, declaró su amiga. Carine, otra mujer que va a visitar a Audrey al stand, señaló que “duerme muy mal, una habitación de hotel cuesta al menos 40 euros, un albergue juvenil 30. A menudo nos dice que es más difícil encontrar alojamiento que comida”.

A pesar de la ayuda de Josiane, la situación de Audrey no ha mejorado sustancialmente. Josiane ahora pide ayuda para que su amiga pueda encontrar un empleo estable y una residencia, ya que vivir en la calle es particularmente peligroso, sobre todo para una mujer que se encuentra sola.

En un intento por conseguir apoyo para Audrey, el propio medio de comunicación France Bleu Gironde puso a disposición de todos los lectores de la noticia sus datos de contacto, para quien quiera y pueda ayudarla en estos momentos tan difíciles.

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