El Gobierno de Ayuso ‘presionó’ a Boadilla y al final el festival de la ‘influencer’ María Pombo no se celebrará en un palacio protegido

El ‘Suavefest’, el festival de música creado por la ‘influencer’ María Pombo, no se celebrará finalmente en el Palacio del Infante Don Luis, situado en el municipio madrileño de Boadilla del Monte. La organización del evento ha comunicado este miércoles que la fecha elegida desde el principio se mantiene, 14 de septiembre, pero que cambia la ubicación. Ya no tendrá lugar en este palacio del siglo XVIII, declarado además Bien de Interés Cultural y, por tanto, un espacio protegido, sino en el recinto ferial que hay en la localidad.

Como publicó Infobae España en exclusiva el pasado 26 de julio, el festival llevaba días vendiendo entradas anunciando que se celebraría en el palacio a pesar de que el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, del PP, no había dado su autorización definitiva. Desde el Consistorio explicaron entonces que estaban estudiando la viabilidad del proyecto, solicitando toda la documentación necesaria a los promotores, la empresa ‘Wasting Time’. El Gobierno local, dirigido por Javier Úbeda, recalcó, no obstante, que deseaba que la serie de conciertos que estaban previstos (con Juan Magán, Chimbala, Pol 3.14 y Luc Loren) se celebraran en el palacio porque la ocasión suponía “una importante promoción de nuestro mayor atractivo turístico”.

Pero una vez estudiado el expediente, un informe técnico del Área de Patrimonio del Ayuntamiento ha desaconsejado que se celebre en el palacio. La verdad es que la presión política y mediática ha pesado sobre la decisión municipal. La celebración del festival en el palacio contó en un principio con la oposición de la ‘Asociación de Amigos del Palacio’ y ‘Madrid, Ciudadanía y Patrimonio’, una plataforma que engloba a una veintena de entidades que abogan por la defensa y la promoción del “patrimonio histórico, artístico, cultural y natural de Madrid”. Luego se unió Ecologistas en Acción y los partidos de izquierda que son oposición en Boadilla: el PSOE que anunció acciones legales, y Más Madrid Boadilla, que adelantó que haría “todo lo posible” para proteger el patrimonio municipal.

Pero también ha pesado, según ha podido saber este diario, los mensajes que llegaban desde la Comunidad de Madrid. Y es que la última palabra la tenía la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno que preside Isabel Díaz Ayuso. Aunque el expediente municipal (con la documentación del proyecto) nunca llegó a la Comunidad, esta no veía con buenos ojos su celebración. Sabía que si primero el festival lo autorizaba el Ayuntamiento y luego el Ejecutivo autonómico daba el ok definitivo, se iba a presentar en los tribunales una solicitud de medidas cautelares para impedir la celebración del evento. Nadie quería judicializar el proceso.

En este contexto, y viendo que el Ayuntamiento de Boadilla retrasaba su decisión de autorizar el festival y que también se tendría que pronunciar la Comunidad, los promotores del festival solicitaron a Boadilla un cambio de ubicación porque ya habían vendido miles de entradas. El plan B podría ser el recinto ferial, un lugar más acorde para celebrar conciertos de música. “Por parte del Ayuntamiento no ha habido ninguna resolución que haya desestimado la celebración del festival, han sido los propios organizadores quienes han desistido y han solicitado el cambio de ubicación del mismo. Por nuestra parte, nos alegramos de que el festival salga adelante y de que ‘Suavefest’ haya seguido apostando por Boadilla, aunque sea en otro espacio. Creemos que es muy positivo para el municipio y para nuestros jóvenes, que estamos seguros de que van a disfrutar mucho de este evento, de la música y de la experiencia que se va a brindar”, señala un portavoz municipal.

Lo cierto es que el lunes hubo una última reunión entre el Ayuntamiento y los promotores del festival, que ya supieron entonces que había un informe técnico que desaconsejaba que el evento se celebrase en el palacio. Ese día se pactó que fueran los organizadores quienes comunicaran esta semana el cambio de lugar. “La organización ha trabajado con el Ayuntamiento de Boadilla durante el último mes, en buscar la mejor ubicación para el festival, con el objetivo de no generar polémica con ningún colectivo. ‘SuaveFest’ es una fiesta y un punto de encuentro de gente joven que quiere oír música, bailar y pasarlo bien. Desde la organización no queríamos generar ninguna polémica, es por eso que llevamos semanas en conversaciones con el Ayuntamiento para buscar una ubicación con la que todos estemos cómodos, tanto colectivos como vecinos de Boadilla también”, reza el comunicado enviado este miércoles.

El festival creado hace años por María Pombo (que ha mostrado su desilusión en las redes sociales) propone para la edición de este año un escenario principal, una zona de ‘food trucks’, locales de ventas, barra de bebidas, baños. Lo que nunca se hizo público es el aforo. Se calcula que van a asistir unas 8.000 personas. Las entradas cuesta entre 40 y 600 euros. Alicia Torija, diputada de Más Madrid, señala que era “una locura” meter tanta gente entre los jardines y las huertas del palacio. “Todo el mundo que ha podido le ha dicho al Ayuntamiento que se estaban equivocando. Para el Ayuntamiento esto era un problemón. Y solo tenía dos caminos: o lo paraba él o se lo paraban”.

La parlamentaria cree que “hay que trabajar en un Plan Director del Palacio, ya que se trata de un Bien de Interés Cultural de 1974 que aún no lo tiene y es muy importante definir los usos de un palacio protegido como este. No es obligatorio que todos los BIC tengan ese plan, pero en este caso con la demanda que tiene es conveniente que se diseñe uno. Entre esos usos obviamente no tiene que estar un concierto con miles de personas. Este tipo de eventos no pueden convertirse en armas de destrucción masiva del patrimonio o del bienestar de los vecinos”. Torija recuerda que hay 17 municipios con comisiones mixtas de patrimonio local formadas por los respectivos Ayuntamientos y la Comunidad, y Boadilla no es uno de ellos. “Se trata de poner el patrimonio de todos por delante del interés de unos pocos, y todo esto tiene que estar reglamentado”, señala.