El chat de los caseros que indigna a las redes: “Apuramos al límite o incluso incumplimos normas de urbanismo”

El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid ha criticado en redes sociales las “estrategias para exprimir a las inquilinas”

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Mensaje del chat "Inversión en alquiler por habitaciones" (Telegram)
Mensaje del chat "Inversión en alquiler por habitaciones" (Telegram)

“¡Hola, buenas! Tengo un piso de cuatro habitaciones y no sé muy bien si alquilarlo tradicional o por habitaciones”, pregunta una persona en el chat de Telegram ‘Inversión en alquiler por habitaciones’. Los miembros dan la bienvenida al nuevo propietario con el que compartir su experiencia: confiesan saltarse las normas de urbanismo, trucos para no aplicar la Ley de Arrendamientos y su negativa a alquilar a familias, mujeres con hijos o personas marroquíes. El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid ha publicado en redes algunas de las conversaciones mantenidas en este chat, en el que “más de 2.000 rentistas hablan sobre sus estrategias para exprimir a las inquilinas”.

Hablan propietarios de más de 20 habitaciones en 11 viviendas diferentes, con un modelo que les ofrece ingresos de más de 4.000 euros mensuales. El negocio es rentable y muchos aplican los beneficios obtenidos para mantener el modelo: “pido una hipoteca, compro una casa, la pagan las inquilinas y con lo que gane me da para: pido una hipoteca, compro una casa, la pagan las inquilinas”, critica el sindicato. Todas ello se logra, en muchas ocasiones, saltándose la ley. “Está claro que todos apuramos al límite o incluso incumplimos algunas normas de urbanismo”, afirma uno de los usuarios dentro del chat.

Vetos a familias y personas migrantes

Capturas de pantalla del chat "Inversión en alquiler de habitaciones"
Capturas de pantalla del chat "Inversión en alquiler de habitaciones"

Los propietarios de estas viviendas hablan abiertamente de su negativa a alquilar a cierto tipo de perfiles. Más allá de la solvencia económica, se fijan en otros aspectos: “Ni moros ni gitanos”, marcan muchos como regla para sus pisos. “Hay demanda pero muchísimo marroquí o gente con hijos, perfiles buenos cuesta encontrarlos”, comenta uno. “Yo tampoco alquilo a marroquíes”, afirma otro. “Yo en Madrid también me han escrito muchos marroquíes pero lamentablemente prefiero no cogerlos”. Otros se muestran más abiertos de mente: “Hasta ahora tenía españoles, menos un chico marroquí que por cierto es el primero que paga. Pero a partir de ahora creo que voy a dar una oportunidad a subsaharianos o latinoamericanos”. Los comentarios no pasan desapercibidos por algunos usuarios, que señalan este comportamiento como racista y xenófobo.

Más allá de la raza, las parejas o familias monoparentales con hijos tampoco entran entre sus clientes predilectos. “Te la lían y tú tienes las de perder”, aseguran. “Sin hijos, ni menores ni embarazadas”, marcan como norma. Eso se debe a que son perfiles vulnerables, en muchos casos protegidos por ley ante los desahucios.

Cobrar en B o reformas “chapuza”

La ventaja del modelo de alquiler habitacional es, para muchos, que no se acoge a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y les permite llegar acuerdos con los inquilinos con mayor libertad. “¿Por qué usar el contrato de habitación? Por “la libertad de pactos” es decir, para no aplicar la LAU y así no tener que respetar los derechos de los inquilinos”, denuncia el Sindicato de Inquilinas.

Entre las medidas de las que se libran estos caseros está el límite a la subida del precio del alquiler, fijado en un 3%. “Si el contrato vence al año, en el nuevo contrato puedes cobrar lo que quieras”, aconsejan. Pese a la mayor libertad legislativa, todavía algunos se plantean saltarse las normas que les aplican: buscan alquilar bajos reformados pero sin licencia. Los hay que consideran las leyes demasiado restrictivas y hablan abiertamente de cobrar la mitad del alquiler “en B”.

Si los beneficios obtenidos no les parecen suficientes, muchos acuden a reformas “chapuza” para maximizar la capacidad del piso. “Le he quitado el recibidor que había, dividí el baño en dos y me salieron más largos”, se jacta uno.

- ¿Esto ha pasado por urbanismo con OK?

-Buenos días. No, qué va.

El precio de las habitaciones en alquiler se dispara hasta los 645 euros de media tras subir un 30% en diez años.
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