Cómo se calcula la herencia que recibe el cónyuge viudo

La ley establece ciertos derechos mínimos para el cónyuge superviviente, pero el reparto final depende de factores como el régimen económico o si el fallecido dejó o no testamento

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Una pensionista consulta el saldo
Una pensionista consulta el saldo de su prestación. (Freepik)

En los momentos de pérdida, la herencia no es solo un tema emocional, sino también legal y económico. Uno de los aspectos más importantes a considerar es el derecho del cónyuge viudo en la repartición de los bienes del fallecido. Las leyes en España establecen ciertos derechos mínimos para el cónyuge sobreviviente, pero el reparto final depende de varios factores, como el régimen económico matrimonial y si el fallecido dejó o no testamento.

A la hora de proceder con el reparto de la herencia, el régimen económico bajo el cual estaba casada la pareja es fundamental para determinar los bienes que forman parte de la herencia.

  • Separación de bienes: En este caso, cada cónyuge es dueño de sus propios bienes, tanto los adquiridos antes como después del matrimonio. Al fallecer uno de ellos, solo se heredan los bienes que pertenecían al fallecido, sin incluir los del cónyuge viudo.
  • Régimen de gananciales: Aquí, los bienes adquiridos durante el matrimonio pertenecen a ambos cónyuges en partes iguales. Al fallecer uno, el 50% de los bienes comunes se atribuye al cónyuge sobreviviente, mientras que el otro 50% forma parte de la herencia. Este es el valor que se distribuye entre los herederos, incluidos los derechos del cónyuge viudo.

Derechos del cónyuge viudo: usufructo y legítima

Uno de los derechos más importantes que la ley garantiza al cónyuge sobreviviente es el usufructo, que le permite disfrutar de los bienes heredados, aunque no tenga plena propiedad de ellos. Este derecho varía dependiendo de si el fallecido tenía hijos o ascendientes:

  • Si el fallecido deja hijos o descendientes, el cónyuge viudo tiene derecho al usufructo de un tercio de la herencia.
  • Si no hay descendientes pero sí ascendientes (padres del fallecido), el viudo tiene derecho al usufructo de la mitad de la herencia.
  • Si no hay ni descendientes ni ascendientes, el cónyuge viudo tiene derecho al usufructo de dos tercios de la herencia.

Este usufructo es obligatorio y debe respetarse tanto si el fallecido ha dejado testamento como si no. No obstante, el cónyuge viudo puede capitalizar el usufructo, es decir, recibir un valor equivalente en bienes o dinero en lugar de disfrutar de los rendimientos de esos bienes.

Cuando el cónyuge viudo opta por capitalizar su derecho de usufructo, la ley le ofrece varias opciones:

  • Renta vitalicia: Recibir una renta periódica a lo largo de su vida.
  • Frutos de bienes: Obtener los rendimientos de determinados bienes, como las rentas de un alquiler.
  • Dinero en efectivo: Recibir un pago único en efectivo equivalente al valor de su usufructo.

En casos donde los herederos son hijos del fallecido pero no del cónyuge viudo, este tiene derecho a exigir que se le pague su parte en dinero o en un lote de bienes hereditarios, según lo decidan los hijos.

Mayor herencia en caso de querer proteger al cónyuge

Aparte de los derechos de usufructo garantizados por ley, el cónyuge puede recibir una mayor parte de la herencia si así lo decidió el fallecido en su testamento. En España, la herencia se divide en tres partes:

  • El tercio de legítima: Parte de la herencia destinada obligatoriamente a los herederos forzosos, como hijos o descendientes.
  • El tercio de mejora: Puede ser distribuido entre los herederos forzosos de forma que se beneficie a unos más que a otros.
  • El tercio de libre disposición: El fallecido puede destinar esta parte a quien desee, sea un heredero forzoso o no.

Para proteger al cónyuge, el fallecido puede dejarle el usufructo de la parte que le corresponda por ley, y además, cederle en plena propiedad el tercio de libre disposición. De esta forma, el cónyuge viudo no solo tendrá derecho a disfrutar de los bienes, sino que podrá disponer de una parte mayor de la herencia según lo establecido en el testamento.

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