La masacre de la cafetería Rolando, ocurrida el 13 de septiembre de 1974 en Madrid, dejó una huella profunda en la historia de España. A las 14:00 horas, dos jóvenes franceses, Bernard Oyarzabal y María Lourdes Cristóbal, dejaron un artefacto explosivo en el establecimiento. La bomba explotó a las 14:30, causando 13 muertes y 70 heridos.
Un nuevo libro titulado Dinamita, tuercas y mentiras, escrito por los historiadores Gaizka Fernández Soldevilla y Ana Escauriaza, busca arrojar luz sobre este hecho. Publicado por Tecnos y apoyado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, este libro coincide con una exposición sobre el ataque en la sede del Centro en Vitoria.
Este atentado, que estaba dirigido principalmente a policías que frecuentaban la cafetería en la calle del Correo, cerca de la Dirección General de Seguridad, terminó con la vida de uno de ellos, Félix Ayuso Pinel, que falleció en enero de 1977 debido a las heridas sufridas en la explosión. El resto de las víctimas eran civiles que se encontraban en el lugar, incluidos trabajadores, estudiantes y turistas.
El libro no solo cubre la historia de este trágico atentado, sino también las actividades de ETA tras la dictadura de Franco. Este periodo se caracteriza por su estrategia de acción-reacción-acción, una técnica que incluía atentados indiscriminados para generar terror y respuestas represivas del Estado. Según Fernández, “Rolando ha ido borrándose de nuestra memoria. Y eso es muy injusto. La sociedad tenía una deuda”.
ETA no admitió la responsabilidad hasta su disolución
ETA, que por primera vez en España utilizó metralla en un atentado, no reivindicó la responsabilidad del ataque en su momento. Al contrario, la organización atribuyó la masacre a la ultraderecha y al franquismo, un engaño que no fue revelado públicamente hasta su disolución en 2018. Oyarzabal había comprado las 1.000 tuercas hexagonales utilizadas como metralla, según documentos históricos, con el fin de causar el mayor daño posible.
El texto también destaca el papel de Eva Forest, activista de extrema izquierda y esposa del dramaturgo Alfonso Sastre, quien proporcionaba infraestructura y apoyo a los comandos de ETA en Madrid. Después de ser arrestada, trató de involucrar al Partido Comunista y a otras personas ajenas a la trama para despistar a la policía.
El libro es innovador también en su formato, ya que incluye un código QR con unos 20 minutos de testimonios de supervivientes y familiares de las víctimas. Historias conmovedoras, como la del cocinero de la cafetería, que murió al caerle el techo encima, y jóvenes matrimonios cuya vida fue destruida por ETA, son relatadas en detalle.
Las víctimas del atentado no recibieron ningún tipo de indemnización o apoyo psicológico hasta décadas después de los hechos. “25 años sin que la administración hiciese nada por ellos”, comentó Fernández a la Agencia EFE. La situación comenzó a cambiar a finales de los años noventa, gracias a la lucha de las asociaciones y decisiones institucionales que convirtieron a España en pionera en la atención a las víctimas del terrorismo. Sin embargo, aún persiste una deuda con las víctimas de tiempos anteriores y sus familias.
Para más información sobre el desarrollo y consecuencias de este atentado, el libro Dinamita, tuercas y mentiras estará disponible a partir del jueves 5 de septiembre.
Con información de EFE.