BBVA da un paso más en la opa lanzada a Banco Sabadell tras conseguir que la autoridad británica de regulación prudencial (Prudential Regulation Authority o PRA, por sus siglas en inglés) haya dado luz verde a la toma de control indirecto por parte del banco vasco de TSB Bank, filial bancaria de Sabadell en Reino Unido.
Esta autorización es una de las condiciones a las que estaba sujeta la oferta de compra a los accionistas de Banco Sabadell y “un paso necesario para completar la misma, dado que TSB pasaría a formar parte del Grupo BBVA”, asegura el banco vasco en un comunicado tras informar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del hecho.
El pasado 9 de mayo, el BBVA presentó una oferta de compra de las acciones de Banco Sabadell a sus accionistas, que se iniciará una vez reciba las autorizaciones regulatorias necesarias. Desde entonces, BBVA ha recibido el visto bueno a la operación por parte de las autoridades de competencia de varios países donde Banco Sabadell tiene presencia, entre ellos Estados Unidos, Francia, Portugal, Marruecos y ahora Gran Bretaña.
La autoridad británica de regulación prudencial es la encargada de supervisar alrededor de 1.500 entidades, entre bancos y aseguradoras. Una de ellas es el banco británico TSB, participado por Banco Sabadell.
A la espera del permiso del BCE, de la CNMV y de la CNMC
Para iniciar la oferta de compra a los accionistas de Banco Sabadell, BBVA necesita la autorización por parte del Banco Central Europeo (BCE) y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Además, la oferta está condicionada a la aceptación de la misma por parte de la mayoría del capital social de Banco Sabadell (mínimo del 50,01%) y a la aprobación de la autoridad de competencia española (CNMC).
Con el Gobierno a la contra
A la espera de los permisos que aún le faltan, BBVA sigue adelante con una operación que rechaza el Gobierno, según ha comunicado en varios ocasiones el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, debido a los “efectos lesivos potenciales” que puede tener sobre la estabilidad financiera, los clientes y la economía.
Otro de los motivos por los que el Ejecutivo está en contra de la opa es que con ella aumentaría la concentración bancaria. Supondría pasar del 62% de la actualidad al 70% la cuota de mercado que concentrarían las tres principales entidades bancarias españolas: CaixaBank, Banco Santander y BBVA, lo que perjudica la competencia y tendrá “efectos negativos” para los clientes, para la inclusión financiera y para la estabilidad financiera y la transmisión de la política monetaria, señaló el Cuerpo.
Esta oposición es importante, ya que el Ejecutivo puede vetar la fusión. Según la disposición adicional decimosegunda de la Ley de Supervisión de Entidades de Crédito, “corresponde al Ministerio de Economía autorizar las operaciones de fusión, escisión o cesión global o parcial de activos y pasivos en los que intervenga un banco”. Y este visto bueno parece poco probable.