Suiza prohíbe 20 especies de plantas y árboles invasores en su territorio: adiós a palmeras, ambrosías y laurel real

El coste de los daños que produce la entrada de flora y vegetación exóticas en detrimento de los grupos locales alcanza los 26 mil millones de euros en Europa

Guardar
Unos operarios realizan maniobras para la plantación de una palmera (Imagen de archivo/Europa Press)
Unos operarios realizan maniobras para la plantación de una palmera (Imagen de archivo/Europa Press)

Las especies invasoras son un gran peligro para la biodiversidad del planeta. La globalización y los flujos constantes de comercio y traslados alrededor de todo el globo han provocado que ahora sea posible adquirir productos provenientes de otras partes del mundo. A su vez, esto ha aumentado el riesgo de que algunas de estas novedades sustituyan otros elementos locales. En el caso de las plantas, por ejemplo, porque los árboles y plantas invasores agoten todos los recursos -los sustratos de la tierra, sin ir más lejos- de los que antes se servía la flora autóctona, provocando que esta última desaparezca.

Tan grave es esta realidad, que según un estudio publicado en año pasado en la revista especializada Environmental Sciences Europe, la invasión de seres vivos en determinadas zonas naturales provocan daños valorados en algo más de 26 mil millones de euros. Una cifra que se agrava si tenemos en cuenta que se trata de una estimación a nivel europeo, por lo que faltaría aún sumarle el coste en otros continentes.

Adiós a 53 especies de plantas exóticas

Debido a esta realidad, muchos países han decidido tomar medidas para intentar minimizar los daños que este tipo de situaciones puedan producir. En este sentido, a partir del 1 de septiembre Suiza ha implementado una nueva normativa, consistente en una modificación de la Ordenanza sobre Liberación Ambiental (ODE), una legislación originaria del año 2008.

“Las especies exóticas invasoras pueden causar daños ecológicos, económicos y a la salud. Sin embargo, muchos de ellos estaban autorizados para su venta hasta ahora”, explican desde la Oficina Federal de Medio Ambiente (FOEN) en un comunicado. En base a esto, anuncian que “el Consejo Federal ha decidido prohibir la circulación de determinadas plantas” en el territorio nacional. Son, en total, 52 especies o grupos, de los cuales en algunos casos se ha prohibido incluso su plantación.

De este modo, el Consejo Federal -el Ejecutivo suizo- pretende controlar la circulación y presencia de especies invasoras, ya sea controlando su importación -desde las aduanas- o prohibiendo incluso su plantación o reproducción. “Además de estos controles, la ejecución de las prohibiciones será responsabilidad de los cantones”, añaden en el comunicado, en el que también detallan que el objetivo es “prevenir la aparición y propagación de nuevas plantas problemáticas”.

Estas son algunas de las plantas prohibidas

La cifra de estas 53 especies cuya comercialización se verá interrumpida no es demasiado grande ni parece suficiente para un país que registra unas 200 plantas invasoras en el interior de sus fronteras. Con todo, el Consejo Federal ha decidido ir más allá y ha prohibido la plantación de hasta 22 de las especies incluidas en la Ordenanza sobre Liberación Ambiental, si bien “las plantas que ya se encuentran en los jardines no están sujetas a la prohibición”.

Algunas de las especies incluidas en esta nueva lista negra son bastante conocidas, como es el caso de la Trachycarpus fortunei, más conocida como la palmera china de abanico o el palmito elevado. Este árbol, debido a su buena resistencia a las temperaturas no muy templadas, se ha extendido mucho en los países mediterráneos, pero en Suiza ya no se podrán ver nuevos ejemplares.

La misma suerte han corrido otras especies como el laurel real o laurel cerezo, el género de las ambrosías, el bambú japonés, la paulonia tomentosa o la mimosa común. Especies a las que, a partir de ahora, prestarán mucha más atención las autoridades, y cuyo listado completo se encuentra en un apéndice de la ODE disponible en internet para quien quiera consultarlo.

La agricultura regenerativa puede ser un aliado en la protección del medioambiente, usando tecnologías y prácticas que minimicen su impacto. Bayer trabaja para balancear los objetivos de producción y conservación.
Guardar