Hay un Parque Natural que se está muriendo poco a poco en la provincia de Alicante. Un ecosistema único que languidece por la falta de lluvia. La situación es tan crítica que la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana ya califica la situación de “desastre de consecuencias todavía desconocidas”. Se trata del Montgó, declarado Parque Natural en 1987, y que abarca una extensión de 2.117 hectáreas en los municipios de Denia y Jávea, dos de los destinos turísticos más importantes del Levante español. Asociaciones ecologistas denuncian que estamos ante una “catástrofe” con “miles de árboles muertos” y acusan al Ejecutivo regional de ocultar lo que está pasando y de no buscar soluciones para intentar frenar, en la medida de los posible, esta tragedia medioambiental.
“Cualquiera que haya observado el Montgó tanto desde la distancia como si ha paseado por sus caminos, habrá comprobado la triste imagen que ofrece: árboles y arbustos agostados, muchos de ellos ya totalmente secos, las hierbas y flores que en estos meses de invierno y primavera enverdecían y daban color a los diferentes hábitats, están prácticamente ausentes. Pasan los meses y la lluvia no aparece... ni se la espera”. Así empezaba su crónica el último número del boletín que edita el Parque, publicado en mayo de este año. Han pasado los meses y la situación ha empeorado. ¿La culpa? La sequía que se prolonga ya más de un año en la comarca de la Marina Alta, donde intenta sobrevivir el Montgó.
Lo datos son contundentes. Dentro del Parque, por ejemplo, se ubica la estación de Meteoxàbia. Entre 2020 y 2022, la media anual de precipitación recogida fue de 715,5 milímetros. Sin embargo, el pasado año 2023 apenas cayeron 242,4 (prácticamente una tercera parte). Y en los primeros cinco meses de 2024, solo 53,8. “Estamos, sin duda, en una sequía mucho peor que la de 2013. La situación es catastrófica. Hay miles de árboles enfermos”, señala Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción. “Lo que sí es seguro es que si este verano y el próximo otoño se presenta más seco de lo habitual, el futuro cercano puede ser desastroso para los ecosistemas del Montgó”, dejan por escrito desde el propio Parque en su boletín cuatrimestral.
Hay que tener en cuenta que este ecosistema destaca por tener más de 650 especies de flora, de las que 50 son endémicas de la zona, es decir, solo crecen en el Montgó. Y entre todas ellas, la que más está sufriendo la sequía es el pino carrasco. También hay, en menor medida, encinas y algarrobos. Abundan jarales de estepa blanca y negra, que crecen en zonas que han sufrido incendios más o menos recientes en las últimas décadas. También se siguen conservando restos de cultivos de secano que recuerdan el no muy lejano pasado agrícola, cuando almendros, olivos, higueras y viñas de preciado moscatel se extendían por todas las tierras fértiles de valles y laderas de la Marina Alta. En cuanto a la fauna, conviven todo tipo de aves, anfibios y roedores, además de conejos, tejones, jabalíes, zorros y ginetas.
Grave peligro de incendio
Rubén Ferrer es portavoz de la asociación ecologista SOS Natura Marina Alta y un gran conocedor de la vida del Montgó. Señala que aunque la falta de lluvias es la principal causante de la situación, “no ha habido previsión” por parte de la Generalitat. “Nos dicen que no pueden replantar pinos porque se van a morir igual. Parece que la única solución es que llueva. Pero, ¿no se puede hacer algo para proteger las especies más importantes? La Administración debe invertir y lo que hace es ocultar el problema”. Luego está el peligro de incendio por la sequía. “Siguen dejando subir a la gente al parque cuando está muy seco. Tienen que advertir de los riesgos”, concluye. “¿No se pueden salvar ciertas zonas del Parque?, ¿por qué no se cierra a los visitantes si hay riesgo de incendio?, ¿por qué se permiten nuevos desarrollos urbanísticos en Alicante cuando falta agua?”, se pregunta Ferrer, que calcula que el 20% de los pinos del Montgó ya han muerto.
Este diario ha tenido acceso a la contestación que el Departamento de Sanidad Forestal hizo a un ciudadano que el pasado mes de julio se preocupó por la situación del ‘Montgó'. “Actualmente se está registrando en el territorio valenciano el periodo más seco y cálido desde que existen registros”. Desde la Generalitat reconocen que “ya se contabilizan miles de árboles muertos por el estrés hídrico, cuyo número no deja de aumentar semana tras semana ante la ausencia de lluvias”. Las especies más afectadas son el pino carrasco (el que más hay en el Montgó), el pino rodeno, el pino laricio y el pino silvestre, así como especies de frondosas como carrascas, alcornoques y coscojas.
“La presencia de insectos perforadores de pinos, que se aprovechan de la debilidad causada por la sequía, no es especialmente relevante en la actualidad, siendo el agente causante de la muerte del arbolado exclusivamente la falta de agua”, explican desde Sanidad Forestal, que incluso da datos de la situación en los meses de marzo y abril: 61.057 árboles muertos: 11.853 en Alicante, 35.099 en Castellón y 14.105 en Valencia. En la provincia de Alicante, “la situación continúa deteriorándose semana tras semana. Ante esta situación de falta de lluvias, “no es posible adoptar medidas para paliar la situación de estrés hídrico de las masas forestales afectadas, ya que la única solución posible es la recuperación de un régimen de lluvias ordinario”. Lo único que se está haciendo es “planificar cortas de arbolado muerto donde su caída pueda generar riesgo para los residentes o visitantes de los espacios protegidos”.
“Se están tomando medidas”
Desde la Conselleria aseguran que se están tomando medidas, “inversiones y trabajos” durante todo el año. La primera, una evaluación de daños. “Se está realizando un registro de árboles muertos en montes de la Comunitat Valenciana debido a la sequía y cuántos de ellos presentan daños por insectos perforadores”. Segundo: “Se están llevando a cabo inspecciones en zonas afectadas para controlar la proliferación de insectos perforadores, con la eliminación de 7.300 árboles dañados en el primer semestre del año. Se prevé aumentar esta actividad para el otoño”. Hay 14 Unidades de Gestión Forestal (UGFs) “dedicadas al control de plagas y a la planificación de cortas de arbolado muerto que puedan representar un riesgo para infraestructuras y seguridad. También “se ha redactado una declaración de emergencia que permitirá medidas extraordinarias, con un presupuesto de más de 500.000 euros, para eliminar arbolado que presente riesgo fitosanitario”.
El objetivo es licitar, además, “aprovechamientos extraordinarios de madera en los montes gestionados, lo que generará ingresos para los municipios y ayudará a costear trabajos de control de daños”. Es decir, que los Consistorios puedan aprovechar la madera muerta. Por último, “y de manera complementaria, se está tramitando un proyecto piloto de localización de daños por teledetección, que servirá para la monitorización, mediante el apoyo de drones, de los pinares de la Comunidad Valenciana, prestando especial atención a los síntomas y zonas afectadas por estrés hídrico”.