Este sábado 31 de agosto se cumplen 27 años de la muerte de Diana de Gales. La exmujer de Carlos de Inglaterra fallecía a los 36 años en París tras sufrir un trágico accidente automovilístico en el que también murió su pareja, Dodi Fayed, y el conductor del vehículo, Henri Paul.
La inesperada muerte de Lady Di conmocionó al mundo y abrió un debate internacional sobre el acoso mediático, ya que el choque se produjo cuando el automóvil en el que se desplazaba la princesa estaba siendo perseguido por paparazzi.
Más de un cuarto de siglo después, las incógnitas aún se ciernen sobre aquella funesta madrugada en la que perdió la vida Diana Spencer, una tímida joven convertida en leyenda que, pese a haber perdido los títulos reales, fue despedida con honores por aclamación del mismo pueblo que la había proclamado su princesa.
De princesa a leyenda
Carlos de Inglaterra y Diana se separaron en 1992 tras una década de turbulento matrimonio y dos hijos en común. La boda con un miembro de la familia real había trastocado por completo la vida de la princesa, cuya estancia en Buckingham fue una auténtica tortura que alimentó sus problemas mentales.
Según la biógrafa real Penny Junor, tanto Carlos como Diana “sabían que estaban cometiendo un error cuando caminaron hacia el altar”, pero siguieron adelante con el propósito de estar juntos toda la vida. Sin embargo, los problemas no tardarían en surgir: las infidelidades mutuas, el excesivo protagonismo de Lady Di y la falta de entendimiento entre la pareja dinamitarían un matrimonio que estaba roto desde mucho antes de la firma del divorcio.
El 20 de noviembre de 1995, la BBC emitía el especial Panorama, en el que la que fuera princesa de Gales concedía una explosiva entrevista al periodista Martin Bashir. En esa conversación, Diana habló abiertamente de sus problemas mentales, de la bulimia que padecía o del acoso que sufría por parte de la prensa. Pero lo que levantó una mayor polvareda fue su afirmación sobre su matrimonio con el entonces príncipe Carlos: “Éramos tres en este matrimonio, así que estaba un poco abarrotado”, dijo refiriéndose a la relación de Carlos con Camila Parker.
Tendrían que pasar más de dos décadas para revelarse, gracias a una investigación de la propia BBC, que el periodista había recurrido a tácticas cuestionables, con engaños y falsificaciones de documentos, para conseguir aquella charla con Diana que fue calificada como “la entrevista del siglo”.
A pesar de todo, la valiente intervención televisiva de la exnuera de la reina Isabel solo alimentó su mito. Y es que Lady Di había conquistado al planeta gracias a su carácter aparentemente afable, su naturalidad y su filantropía.
A lo largo de su vida, Diana colaboró con más de 100 organizaciones benéficas y demostró un enorme compromiso con las causas humanitarias, llegando a protagonizar imágenes históricas como sus apretones de mano sin guantes a enfermos de sida en una época en la que esta enfermedad cargaba un gran estigma social.
Tras su muerte, el pueblo que la había encumbrado reivindicó su figura, convirtió los aledaños del Palacio de Kensington en un homenaje a la princesa y exigió un gesto público de apoyo por parte de la casa real británica. Ese pronunciamiento no llegó hasta cinco días después, cuando Isabel II se vio forzada a homenajearla con un discurso a la nación. “Era un ser humano excepcional y de grandes cualidades. En tiempos buenos y malos, nunca perdió su capacidad para sonreír ni su capacidad para inspirar calidez y bondad”, expresó la monarca.
El multitudinario apoyo a Diana también obligó a la Corona a romper con el protocolo y despedir a la madre de Guillermo y Harry con un funeral de Estado, honores reservados únicamente para las personas que posean títulos reales, de los que ella carecía tras divorciarse del príncipe. Aquellas exequias fueron el último adiós a una mujer que, 27 años después, sigue siendo inspiradora.