Cuenta atrás para el lanzamiento del Sentinel-2C: la industria española deja su huella en el nuevo satélite europeo

La Agencia Espacial Europea ultima la puesta en órbita del nuevo sistema de su programa Copernicus. El sector espacial nacional ha tenido un rol destacado en el desarrollo del satélite

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Todo listo para el lanzamiento del nuevo integrante de la familia de satélites europeos: el Sentinel-2C

En la Guayana Francesa ya está todo listo para el lanzamiento del nuevo integrante de la familia de satélites europeos: el Sentinel-2C. Este sistema del Programa de Observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA) despegará el próximo 3 de septiembre a las 22:50 horas (en la madrugada europea) a bordo de un cohete Vega desde el puerto espacial de Kourou. El miembro más reciente de la misión Sentinel-2, cuyo desarrollo ha contado con una importante participación de la industria espacial española, tiene como tarea principal captar imágenes y datos tanto de la superficie terrestre de nuestro planeta como de las zonas costeras para su uso en un amplio abanico de aplicaciones: desde la agricultura hasta políticas de urbanismo y gestión de ciudades.

No obstante, según ha explicado Ferrán Gascón, el director de la misión Sentinel-2 -compuesta por dos satélites (2A y 2B) actualmente en órbita-, desde la entrada en servicio de la primera unidad, la misión ha demostrado ser útil en una amplia gama de aplicaciones más allá de aquellas para las que estaba concebida originalmente. De esta manera, Sentinel-2 ha sido empleada para el monitoreo del movimiento del terreno tras terremotos de fuerte magnitud o la cartografía de los puntos concretos de emisión de metano.

Asimismo, Gascón ha señalado que los dos actuales sistemas que conforman la misión han tenido un rol destacado en la gestión de desastres naturales a lo largo de esta última década. “El Sentinel-2 se utilizó para la cartografía de la colada de lava del volcán Cumbre Vieja, en La Palma, y permitió hacer un seguimiento de cómo evolucionaba la misma”, ha señalado el profesional de la ESA respecto a la trágica erupción que afectó a esta isla del archipiélago canario, en 2021.

Gascón ha detallado que cada uno de los sistemas que conforman Sentinel-2 capta sistemáticamente imágenes de la Tierra con una alta resolución de 10, 20 y 60 metros, dependiendo la banda. Los satélites se ubican en una misma órbita a 786 kilómetros de altitud, que les posibilita un ancho de barrido de 294 kilómetros. “Cubren toda la superficie terrestre a medida que la Tierra va rotando”, ha explicado el experto, que ha detallado que las unidades sobrevuelan un mismo punto con una periodicidad de cinco días.

Cohete Vega. (ESA)
Cohete Vega. (ESA)

La unidad que será puesta en órbita la próxima semana, Sentinel-2C, sustituirá al Sentinel-2A, el primero de los satélites de la misión, lanzado en 2015. El reemplazo se debe al riesgo de que este último deje de funcionar en cualquier momento, dado que se diseñó con una esperanza de vida de siete años y ya lleva en servicio nueve. “Este riesgo se gestiona lanzando una tercera unidad que toma el relevo de la unidad más vieja”, ha apuntado Gascón. No obstante, el Sentinel-2A permanecerá dormido en su órbita actual con la posibilidad de ser reactivado en caso de que alguno de los otros dos sistemas falle.

Participación española

La ESA ha depositado su confianza en Airbus Defence & Space para el diseño y desarrollo del Sentinel-2C, compañía que ha liderado un consorcio conformado por 60 empresas europeas para la construcción del nuevo integrante de la misión. Dentro de este grupo internacional, la industria espacial española ha tenido un rol relevante, según ha asegurado Oriol Álvarez, jefe de programa LSTM en Airbus. “Contamos con la colaboración de la mayoría de las empresas españolas del sector espacial”, ha resaltado Álvarez.

Satélite Sentinel-2C. (ESA)
Satélite Sentinel-2C. (ESA)

De esta manera, la filial española del gigante aeroespacial ha sido la responsable de las estructuras que soportan las fuerzas que se ejercen sobre el satélite durante el lanzamiento y que, a su vez, tienen que proporcionar la estabilidad para que las imágenes alcancen la alta resolución que se requiere para la misión. Por su parte, Airbus Crisa, con sede en Tres Cantos (Madrid), ha fabricado la unidad de gestión de la potencia necesaria para alimentar a las diferentes unidades que componen la nave, como también la electrónica de proximidad de todos los detectores, que es la que se ocupa de recoger todos los datos de alta resolución que necesitan una muy alta velocidad de procesamiento.

“Contamos con la colaboración importante de Sener, que ha sido la encargada de hacer el mecanismo movible que protege al instrumento principal de la iluminación directa del Sol y que permite también calibrarlo con esta misma luz solar mediante un difusor”, ha señalado Álvarez. Además, la firma Thales ha contribuido con los transpondedores, componentes que deben recibir y transmitir todos los datos del sistema. “Finalmente, GMV ha sido el encargado de hacer el análisis de misión, es decir, toda la trazabilidad de las órbitas y las maniobras orbitales”, ha indicado el experto de Airbus.

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