Teresa Panero asegura que ya no recuerda cuantos años llevan reclamándolo ni cuántas reuniones ha tenido con el alcalde para solicitarle que haga algo de una vez por todas. “Pero no nos hacen caso, porque dinero tienen. Debe ser que tienen otras prioridades”, explica a Infobae España. Su reclamación es muy sencilla: soterrar las líneas eléctricas de 220 kilovatios que pasan por encima de los tejados de sus viviendas, dos urbanizaciones de alto ‘standing’ del municipio madrileño de Boadilla del Monte: Valdecabañas y Bonanza. En ellas residen conocidos futbolistas y deportistas, cantantes, actores, presentadores de televisión, ‘influencers’, reputados periodistas radiofónicos, importantes empresarios (este diario omite los nombres para respetar su privacidad) y vecinos con alto poder adquisitivo. Incluso algún destacado exdirigente sindical.
Pero las torres ahí siguen. Amenazantes. En algunos casos situadas a apenas cuatro metros de los tejados de algunas viviendas. “Cuando llueve saltan chispas. Da hasta miedo”, señala Teresa, que es la presidenta de la comunidad de vecinos de la urbanización de Valdecabañas, la más afectada por estas torres. Y es que Boadilla del Monte, que hoy tiene 64.700 vecinos, creció por el norte con la construcción de estas zonas residenciales compuestas por chalés con piscina y vecinos famosos y pudientes. La última reunión se produjo el pasado 23 de julio, cuando algunos residentes volvieron a mostrar su preocupación “por la situación de abandono” que sufre el proyecto de soterramiento de las torres de alta tensión. “Así llevamos 20 años”, afirma un vecino.
En la reunión de julio, la presidenta entregó un mapa con las viviendas afectadas por la proximidad de las torres eléctricas: 55 en total, 45 que pertenecen a Valdecabañas y 10 a Bonanza. “Las urbanizaciones históricas estamos siendo maltratadas frente a otras de menor antigüedad, sin justificación alguna, puesto que ya se ha soterrado todo Pozuelo, Majadahonda y parte de Boadilla”, señala Panero en una carta que ha enviado a los 500 vecinos que residen en Valdecabañas. En la misiva destaca que “dada la importancia del tema”, la Comunidad de Madrid “ha comunicado por registro nuevamente al Ayuntamiento esta situación para que inste de manera urgente a Red Eléctrica Española para que acometa el soterramiento sin más dilación”. La clave de todo este asunto es que las torres pertenecen a Red Eléctrica, pero el coste de su derribo y el enterramiento de la infraestructura eléctrica lo debe asumir el Consistorio, gobernado por el PP.
Un portavoz de Red Eléctrica asegura que tanto el Ayuntamiento de Boadilla como la compañía energética “estamos dando los pasos oportunos para soterrar el tramo de línea que discurre por las urbanizaciones de Las Lomas, Valdecabañas y Bonanza, tal como se hizo para el tramo de línea que discurría por las urbanizaciones de Valenoso y Olivar de Mirabal. El Consistorio ya nos ha solicitado el soterramiento y desde Red Eléctrica ya estamos elaborando los estudios técnico y económico necesarios para hacer la nueva traza, teniendo en cuenta que ha de ser viable técnicamente y garantizar en todo momento la continuidad y seguridad del suministro eléctrico. En estos estudios se recoge tanto la propuesta técnica como el coste que tendría la obra, que según la Ley del Sector Eléctrico asume quien solicita”.
Paga Boadilla
Es decir, que según Red Eléctrica, es el Ayuntamiento quien debe asumir el coste de las obras. ¿Cuánto? Un portavoz municipal explica que “quién nos tiene que decir cuánto cuesta es Red Eléctrica. La urbanización fue recepcionada por el Ayuntamiento hace años con las torres de alta tensión ya puestas por parte de ellos, no se instalaron a posteriori. A pesar de eso, vamos a invertir el dinero necesario para mejorar la actual situación. Está en nuestro programa electoral”. Pero no hay plazos. Teresa Panero espera que el alcalde Javier Úbeda cumpla su palabra: “No contesta a nuestras cartas”. La presidenta de Valdecabañas muestra su disgusto por el maltrato que sufren por parte del Consistorio: “No nos dejan aparcar en la puerta de nuestras casas, nos multan. Si viene, por ejemplo, un fontanero, no puede. Y nos quieren construir 5.000 nuevas casas en suelo terciario al lado de nuestras urbanizaciones. Un despropósito”.