España pide a la UE “herramientas” para “avanzar” en la crisis de Venezuela ante la evidencia de que Maduro no publicará las actas

José Manuel Albares se reúne con sus homólogos en Bruselas para debatir una postura común, que pasa por no reconocer “ningún resultado electoral ni, por supuesto, ningún tipo de victoria” si no se exhiben las actas, y buscar una manera de presionar al régimen

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (EFE/ Miguel Gutiérrez)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (EFE/ Miguel Gutiérrez)

El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y Unión Europea, José Manuel Albares, se reúne este jueves y viernes con sus homólogos en Bruselas en un encuentro informal para discutir varios asuntos de actualidad. Entre ellos destaca la posición del bloque respecto al resultado de las elecciones en Venezuela, donde oposición y régimen reclaman haber ganado los comicios, y en un contexto de represión creciente contra las voces críticas al partido oficialista. El pulso político se traslada también a la Unión Europea, ahora entre la espada y la pared al no expresar su apoyo explícito a ninguno de los dos bandos, al menos mientras Nicolás Maduro se niegue a hacer públicas las actas.

Albares ha reiterado que la posición de España irá de la mano con la de los Veintisiete, y hasta ahora se ha reducido a pedir la publicación de los resultados oficialistas para “garantizar la voluntad de los venezolanos”. El titular de Exteriores ha adelantado en una rueda de prensa previa al encuentro que España solicitará a la UE a través de una declaración común “que no se reconozca ningún resultado electoral ni, por supuesto, ningún tipo de victoria [...] si no se exhiben las actas de todas las mesas electorales y se pueden verificar”.

Sin embargo, al mismo tiempo Albares es consciente de que ya ha pasado un mes desde que se llevaron a cabo los comicios en el país sudamericano y, a medida que pasa el tiempo, parece más evidente que el régimen no cumplirá con las demandas del bloque. Síntoma de ello fueron la reciente sentencia del Tribunal Supremo venezolano avalando la victoria de Nicolás Maduro o las citaciones por parte de la Fiscalía al candidato opositor Edmundo González Urrutia.

El tiempo corre en Venezuela, pero también en España, donde la oposición ha elevado el tono en favor del reconocimiento de la victoria de la oposición en los comicios, añadiendo más presión al asunto. La posición del Ejecutivo español se mantendrá intacta en el corto plazo, pero comienza a vislumbrarse un escenario en el que haya que “avanzar”, según Albares: “Hay que ver de qué herramientas disponemos para que avance esa voluntad”, ha añadido Albares . “[Refiriéndose a la publicación de las actas] Nos enfrentarnos a la situación de que probablemente no vamos a poder conocer y no se van a poder analizar por parte de la oposición esas actas”, ha admitido.

Fuentes diplomáticas consultadas por Infobae España opinan que la actitud de España de “no reconocer a ninguna de las dos partes y exigir transparencia” es la correcta, al menos en el corto plazo. Pero inciden en que sobre todo se deben apoyar los esfuerzos en la región latinoamericana, especialmente los llevados a cabo por el presidente brasileño, Lula da Silva, y sus homólogos colombiano y mexicano, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador, quienes llevan la voz cantante al otro lado del charco. No obstante, concuerdan en que esta situación “requiere de más medidas”, ya que de agravarse “podría desembocar en una guerra civil”.

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Borrell aprieta por una posición común

Por eso, Albares ha recalcado la importancia de actuar “en sintonía” con estos países con el “objetivo último” del “diálogo entre venezolanos”, y para una “solución negociada, pacífica, genuinamente venezolana”, una posición en la que también está trabajando sobre el terreno el expresidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.

Por su parte, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha manifestado que solo “aceptaría los resultados completos y verificados independientemente”, pero también ha admitido que dentro de la Unión no existe una posición para avanzar que cuente con los suficientes apoyos. Además, la experiencia ha demostrado que las declaraciones comunes en el bloque no son fáciles de conseguir. Por el momento, se impone el silencio.

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