En qué casos se puede cobrar la pensión de jubilación si vives en el extranjero

Vivir fuera de España no elimina el derecho de recibir una pensión por parte de la Seguridad Social. Al menos en la mayoría de prestaciones. No obstante, ha excepciones que conviene conocer.

En primer lugar, los pensionistas que residen en el extranjero y reciben pensiones contributivas dejarán de percibir el complemento a mínimos, un monto adicional que se suma a la pensión cuando esta no alcanza el mínimo legal. Esta medida afecta no solo a las pensiones de jubilación, sino también a las de incapacidad permanente y a las de muerte y supervivencia.

Por su parte, los beneficiarios de las pensiones no contributivas dejará de percibir estas prestaciones si deciden trasladar su residencia fuera de España. Aquí se incluyen tanto las pensiones no contributivas de jubilación, como las de invalidez. El motivo es simple: para ser beneficiario de estas ayudas es indispensable residir en España.

Sin embargo, es posible seguir recibiendo pensiones contributivas de jubilación e incapacidad permanente al residir en el extranjero. Además, en el caso de los subsidios hay una excepción: el subsidio por desempleo. Este último permite el traslado de residencia al extranjero, siempre que sea para buscar o realizar un trabajo, mejorar la formación profesional o participar en labores de cooperación internacional o voluntariado, y por un período que no supere los 12 meses.

Tal y como ya se ha explicado, un pensionista puede residir en el extranjero y seguir recibiendo su pensión siempre que se trate de una modalidad contributiva, sin limitaciones en cuanto al tiempo de permanencia fuera de España.

Sin embargo, desde una perspectiva fiscal, si el pensionista permanece fuera del país por más de 183 días al año, podría enfrentar implicaciones fiscales que deben ser evaluadas en función de cada situación particular.

Con todo ello, los pensionistas que mantengan su residencia fiscal en el extranjero y perciban una pensión española están obligados a cumplir con los requisitos legales establecidos. De este modo, deben acreditar su situación de vivencia de manera periódica, presentando anualmente una fe de vida emitida por la Autoridad Competente del país en el que residen. Este trámite debe realizarse durante el primer trimestre del año y entregarse en la Dirección Provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) que gestiona su pensión.

Además, los pensionistas pueden acreditar su vivencia ante los Encargados del Registro Civil Consular, mediante comparecencia presencial o telemática ante las Consejerías o Secciones de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, o a través de la aplicación móvil VIVESS, que utiliza reconocimiento facial biométrico. La aplicación es gratuita, y el registro se puede realizar utilizando Cl@ve, DNI/NIE o el número de expediente.

Del lado contrario, también hay que tener en cuenta que España es un destino habitual entre los ciudadanos europeos para pasar sus años de jubilación.

En este sentido, al igual que un ciudadano español puede recibir su pensión residiendo en el extranjero, una persona extranjera puede, dependiendo de su país de origen y los convenios existentes, cobrar su pensión en España.