Después de un arranque de semana marcada por cielos despejados y temperaturas cálidas, se espera un cambio brusco de la meteorología a partir del jueves. La Agencia Estatal de Meteorológica espera que una vaguada atlántica traiga abundante nubosidad media y alta que se desplazará de suroeste a nordeste y que dejará chubascos y tormentas ocasionales que afectarán a buena parte del país. Las temperaturas máximas tenderán a descender, y lo harán de forma acusada en el interior. No obstante, aún se podrán sobrepasar los 34 grados en Andalucía oriental y el nordeste peninsular.
Será el viernes, aunque la Aemet advierte de que hay cierto margen de incertidumbre en la previsión, cuando el paso de la DANA en niveles altos, deje chubascos y tormentas en buena parte del interior peninsular. No obstante, se espera que el jueves la vaguada atlántica se sitúe al oeste de la península, provocando abundante nubosidad, con probabilidad de chubascos y tormentas ocasionales que afectarán a amplias zonas del país. Además, es probable que la presencia de calima débil en el centro y sur peninsular y Alborán, “por lo que los chubascos pueden acompañarse de barro”, según la Aemet.
El polvo en suspensión junto con las lluvias que se esperan de cara al final de semana, provocarán que veamos la denominada “lluvia de sangre”, más conocida como “lluvia de barro” por el color rojizo que tienen las gotas de agua al caer. De cara al fin de semana, la calima seguirá extendiéndose por gran parte de la península, de manera que continuará siendo probable asistir a este evento.
Qué es la lluvia de sangre
La llamada “lluvia de sangre” hace referencia a aquellas precipitaciones que contienen en su interior partículas de polvo, arena u otros componentes del desierto que el viento arrastra desde el norte de África. La unión del agua y el polvo se convierte en barro que adopta un tono rojizo y que es en el que se basa el apodo de este fenómeno frecuente en España, pero que también afecta a más países.
No es dañino ni potencialmente peligroso, pero aún así habrá que tomar algunas precauciones para evitar, por ejemplo, que los vehículos u otros objetos que se dejan en el exterior se ensucien. Del mismo modo, deberemos asegurarnos de que las ventanas de casa quedan cerradas y de que no nos hemos dejado ninguna prenda de ropa fuera, la cual podría mancharse con estas particulares precipitaciones. Del mismo modo, habrá que tomar precauciones si disponemos de plantas o de un jardín al aire libre, pues la lluvia de sangre podría dañar estas zonas.
Julio fue muy seco
Las lluvias que dejarán está DANA a finales de agosto llegan tras un mes de julio de carácter muy seco, según la denominación de la Aemet. Durante este mes, las precipitaciones fueron escasas en España, según el informe mensual que publica el ente público a comienzo del mes siguiente. Tuvo carácter muy seco, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 10,2 mm, lo que representa el 61 % del valor normal del mes (periodo de referencia: 1991-2020). Fue el décimo cuarto julio más seco desde el comienzo de la serie en 1961 y el quinto del siglo XXI. En cambio, en Baleares fue húmedo y en Canarias se trató del quinto julio más húmedo de la serie y el cuarto del siglo XXI. Aun así, las lluvias también fueron, en términos absolutos, poco abundantes en los archipiélagos.