Los habitantes de Suiza quieren instalar radares para multar a los coches y motos que hagan mucho ruido

Unas 20.000 personas han firmado una petición para pedir la introducción de radares antirruido en el país europeo

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Mujer sonríe en un coche (Freepik)
Mujer sonríe en un coche (Freepik)

Unas 20.000 personas han firmado una petición a las Cámaras Federales de Suiza para pedir la introducción de radares antirruido en Suiza. La creciente preocupación por la contaminación acústica ha llevado a un grupo de ciudadanos a impulsar una iniciativa para la instalación de radares que detecten y multen a los vehículos que generen un ruido excesivo. Esta medida surge como respuesta a la insuficiente capacidad de la policía para controlar de manera efectiva el ruido en todas las áreas afectadas, lo que ha llevado a la Liga Suiza contra el Ruido a promover una petición que ha ganado un notable respaldo en poco tiempo.

El motivo que ha llevado a los suizos a hacer esta petición es que el ruido de los tubos de escape y de los motores ya no permiten a los suizos dormir tranquilos y estropean el tiempo al aire libre, como reza la página web de la la Liga Suiza contra el Ruido. La asociación, presidida por Gabriela Suter, ha subrayado que los conductores que provocan contaminación acústica evitable ya pueden ser sancionados bajo la legislación vigente. Sin embargo, han señalado que las autoridades no pueden estar en todos los lugares al mismo tiempo, lo que justifica la necesidad de apoyo técnico. En este caso, a través de radares especializados en la detección de ruido. Esta propuesta ha resonado ampliamente entre la población, logrando reunir cerca de 20.000 firmas en apenas tres semanas.

Este lunes, la petición junto con las firmas recolectadas fueron presentadas ante el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados, los dos órganos principales de la Asamblea Federal Suiza. El documento solicita la creación de un marco legal que permita el uso de radares de cancelación de ruido en el país. Según la presidenta, experiencias similares en otros países como Gran Bretaña, Taiwán y Estados Unidos han demostrado que estos dispositivos pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida en las ciudades y en los pasos alpinos, donde el ruido de vehículos es especialmente molesto.

Límite de 82 decibelios

Los radares de cancelación de ruido, que ahora se proponen como solución, ya han sido objeto de pruebas en algunas regiones de Suiza, como en Ginebra, donde se han realizado experimentos para evaluar su eficacia. Según un informe preliminar de la Oficina Federal de Medio Ambiente (FOEN) publicado hace aproximadamente un mes, el 70% de los vehículos detectados como excesivamente ruidosos eran motocicletas, el 17% turismos y el 13% camiones y autobuses.

Una de las cuestiones clave que aún debe resolverse es el umbral de decibelios que provocaría una multa. Gabriela Suter ha propuesto que se establezca en 82 decibelios, un nivel de ruido comparable al de un restaurante bullicioso o una fábrica en funcionamiento.

Esta iniciativa no es el primer intento de Suter para abordar el problema del ruido vehicular. Como consejera nacional por el Partido Socialista de Argovia, ya había presentado una solicitud similar al Consejo Federal en junio del año pasado. Además, anteriormente impulsó una iniciativa para prohibir la circulación de motocicletas cuyo nivel de sonido en reposo superara los 95 decibeles, una medida que también buscaba reducir la contaminación acústica en las áreas urbanas y rurales del país.

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